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Rayada, pintada... Así se encontró una de las voluntarias que ha estado colaborando en la excavación de esta campaña una de las dos losas de pizarra que cubren el corredor que da acceso a la cámara funeraria del dolmen de Santa Inés en Bernardos. Fue el pasado domingo por la tarde y su sorpresa, y la de los amigos que estaban con ella, fue mayúscula.
Estas losas habían sido desplazadas al entorno inmediato al entorno inmediato del dolmen durante la campaña de excavaciones arqueológicas del presente año con el fin de permitir los trabajos arqueológicos en el mencionado corredor.
Desde la Asociación de Amigos de la Pizarra y de la Arqueología (API) sospechan que detrás de su autoría «pueden estar menores de edad, adolescentes, por el tipo de grafito realizado (tres falos grandes y una equis) así como otros elementos que se han encontrado cerca de las losas», comentó Jesús Pastor García.
La asociación rechaza la agresión sufrida por el dolmen de Santa Inés de Bernardos, ya que los arqueólogos saben que en estas losas que en estas losas es frecuente que haya grabados de la época neolítica, por lo que el daño de la agresión podría ser más grave de lo que se aprecia a simple vista. Es una hipótesis.
Desde API muestran su «rechazo a esta acción realizada por cafres, fruto de su ignorancia. Y lo preocupante es que valores estamos transmitiendo a los jóvenes, no saben respetar lo que no es suyo y es una reflexión de fondo que tenemos que hacer y el daño al patrimonio es un daño al legado que nos han dejado nuestros antepasados, además de la gravedad del hecho en sí, que es muy grave», teniendo en cuenta que este verano en una de las ermitas de Bernardos apareció el arte urbano de un grafiti en una de las paredes.
«Es por eso que alertamos sobre la carencia de valores de respeto a los demás y a lo de los demás, algo que nos debería llevar a una reflexión colectiva sobre los valores que transmitimos a los más jóvenes, en especial en el ámbito familiar. Hacemos una llamada a la responsabilidad de todos, con independencia de su edad, para proteger nuestro patrimonio cultural, que es el legado recibido de nuestros antepasados y lo que demos legar a las futuras generaciones».
El dolmen de Santa Inés, en Bernardos, es el único de los existentes en la provincia de Segovia que es objeto de estudio de investigación arqueológica. Se trata de una gran tumba de carácter colectivo, construida hace unos 6.000 años por las primeras comunidades campesinas y ganaderas que habitaron este sector del valle del Eresma durante el periodo conocido como neolítico. Estas gentes dejaron su impronta en el territorio a través de la edificación de un gran monumento destinado a convertirse en la última morada de sus seres queridos en el momento de emprender el viaje al más allá, y los daños se encuentran en las losas de pizarra que cubrían el corredor que da acceso a la cámara funeraria.
El equipo de Eresma Arqueológico, responsable de la excavación, ha procedido a adoptar medidas de protección de las dos losas, así como de otros elementos del dolmen. «Aunque el proyecto estaba, estamos hablando con el Ayuntamiento la posibilidad de vallarlo y es un tema que se va a acelerar indudablemente, aunque sea provisional, para evitar que la gente entre y se puedan cometer este tipo de agresiones».
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