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Fuente en la localidad. El Norte

Un pueblo de Segovia afronta una crisis de agua por contaminación de uranio en sus urbanizaciones

El Ayuntamiento va a tener que seguir abasteciendo con cisternas a la población

Carlos Álvaro

Segovia

Domingo, 14 de septiembre 2025, 23:14

Ituero y Lama, de 450 habitantes, ha vivido un verano de pesadilla debido a una situación sin muchos precedentes en España: la contaminación por uranio ... en el agua de las urbanizaciones Cerca Nueva y Coto de San Isidro. El problema ha puesto a prueba la capacidad de respuesta del Ayuntamiento, encabezado por la alcaldesa Laura Rubio (PP), en un contexto marcado por una novedosa normativa sanitaria y la complejidad de encontrar soluciones viables para un municipio de recursos limitados.

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El origen de esta crisis se remonta a la entrada en vigor del Real Decreto 3/2023, que adapta la legislación española a la directiva europea sobre la calidad del agua potable. Esta normativa obliga por primera vez a los ayuntamientos a medir los niveles de uranio en el agua, parámetro que hasta entonces no se controlaba de manera sistemática. Los análisis realizados en Ituero y Lama revelaron una presencia de uranio superior a los límites permitidos en el suministro de las urbanizaciones Cerca Nueva y Coto de San Isidro, ambas abastecidas por la misma perforación en un subsuelo granítico que, según los expertos, favorece la acumulación de uranio.

El Ayuntamiento notificó por primera vez el problema a principios de junio, cuando los análisis confirmaron niveles por encima de lo permitido. Como medida inmediata, el 1 de julio, la alcaldesa emitió un bando que declaraba el agua no apta para el consumo y cortó el suministro de la red en las urbanizaciones afectadas. Durante un tiempo, se mantuvo operativa una fuente en la calle Pinto, dotada de un filtro que permitía reducir los niveles de uranio. Pero una nueva analítica realizada el 19 de agosto reveló que incluso esta fuente superaba los límites legales, lo que obligó a clausurarla el 25 de agosto.

Ante la imposibilidad de utilizar el agua de la red, el Ayuntamiento tomó medidas de emergencia. En un principio, habilitó un punto de suministro en la Plaza Mayor del núcleo principal del pueblo, que se abastece de un manantial diferente, libre de uranio y arsénico. Sin embargo, esta solución suscitó quejas entre los vecinos de las urbanizaciones porque debían desplazarse varios kilómetros. El Consistorio se volcó entonces en la búsqueda de una cisterna homologada que permitiera transportar agua potable hasta las urbanizaciones. No fue tarea sencilla. «No había cisternas disponibles cerca, y las empresas no estaban interesadas en desplazarse para volúmenes pequeños», señala la regidora. Finalmente, tras cumplir con los estrictos requisitos de Sanidad, el 10 de septiembre logró ponerse en marcha el reparto de agua. La cisterna llenó dos depósitos de 10.000 litros, uno en Cerca Nueva y otro en Coto de San Isidro. Además, el Ayuntamiento decidió repartir agua embotellada a personas vulnerables, si bien no extendió la medida por la dificultad de controlar la demanda en unas urbanizaciones donde la población fluctúa significativamente. «En agosto, puede duplicarse o triplicarse, pero no disponemos de datos exactos. No podemos repartir agua embotellada sin control», señala Laura Rubio.

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El verdadero desafío para Ituero y Lama es encontrar una solución a largo plazo. La alcaldesa dice que este problema es «único en España»: solo ha habido un caso similar en un pueblo de Salamanca que se resolvió diluyendo el agua en un embalse, opción inviable en el municipio segoviano. La empresa encargada de la gestión del agua en Ituero y Lama, Acuona, propuso entonces una alternativa innovadora: un proyecto piloto para instalar un filtro capaz de eliminar el uranio. El sistema, que comenzó a probarse hace un par de semanas, ha arrojado resultados prometedores porque los niveles de uranio se han reducido de 48 microgramos por litro a 9, lo que supone una eficacia del 81%, muy por encima del 30% inicialmente estimado. No obstante, la implantación a gran escala no será inmediata. «Estamos ajustando parámetros como el caudal y el pH, y estudiando si el mismo filtro puede retener también el arsénico, que es otro problema potencial», explica Rubio. Si las pruebas confirman su viabilidad, el sistema podría dimensionarse para abastecer la red pública, aunque el proceso se extendería al menos a junio debido a la necesidad de adquirir materiales, realizar obras y cumplir con los requisitos administrativos.

Para un ayuntamiento como el de Ituero y Lama, esta crisis supone un reto económico y logístico de enorme magnitud. «Los costes del sistema de filtrado son inaccesibles para nosotros», admite la alcaldesa, que agradece la colaboración de Sanidad, Medio Ambiente y la Diputación de Segovia. «Se están volcando. Somos los primeros en enfrentarnos a este problema, pero probablemente no seremos los últimos». Aunque las cisternas garantizan el suministro, la incertidumbre sigue latente. «Es cuestión de tiempo y dinero», concluye la regidora.

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