La provincia se prepara para la llegada de 900 temporeros más en plena pandemia
Los empresarios de la fresa temen no poder recoger toda la producción por la reducción de mano de obra
La campaña de la fresa y la vendimia están a la vuelta de la esquina, y la preocupación y el temor crecen por momentos en ... el campo segoviano. Alrededor de 900 temporeros deben llegar a la provincia durante las próximas semanas para trabajar en la recogida de la fresa, pero la pandemia está generando incertidumbre y desasosiego, especialmente entre los empresarios, conscientes de la necesidad de adoptar estrictas medidas sanitarias para evitar contagios entre los trabajadores. Lo ocurrido en Chañe hace apenas un mes está muy reciente, aunque los ocho trabajadores de la cooperativa Viveros Campiñas contrajeron la enfermedad fuera del ámbito laboral. Propietarios de los viveros y productores de planta de fresa saben que un contagio masivo en plena campaña puede dar al traste con toda la temporada, ya de por sí mermada. A día de hoy, no tienen la certeza de poder contar con la mano de obra que necesitan, e incluso se han planteado dejar producción sin recoger si finalmente no llegan todos los trabajadores que la campaña otoñal requiere.
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Representantes de las asociaciones nacional y provincial de viveros productores de fresa ya se han reunido con el delegado territorial de la Junta de Castilla y León en Segovia, José Mazarías, para coordinar criterios ante el inminente comienzo de la campaña de la fresa y el desplazamiento de trabajadores agrarios contratados por las empresas, y volverán a hacerlo el próximo 15 de septiembre. Se trata de prevenir posibles contagios de covid-19 y prever las actuaciones oportunas para afrontarlos. El delegado territorial trasladó a los empresarios la necesidad de que los viveros adopten medidas preventivas a través de sus servicios de prevención de riesgos laborales y mantengan un contacto permanente con los servicios médicos de Sacyl para que la autoridad sanitaria pueda actuar de manera inmediata, tanto si los contagios se producen en el ámbito laboral de los trabajadores o en el familiar o social.
«En principio, la Junta de Castilla y León ya dictó, el pasado 16 de julio, las normas que rigen el trabajo de los temporeros. Se trata de que los empresarios observen esas normas y las tengan muy en cuenta. De hecho, me consta que lo están haciendo porque, en estos momentos, hay ya 900 temporeros trabajando en el campo segoviano y la covid está teniendo en ellos una incidencia mínima. Hasta ahora, solo se ha producido el brote de Chañe. Me consta que los productores están muy preocupados por la salud de sus trabajadores y por el perjuicio que un posible contagio puede tener en su actividad», señala el delegado territorial de la Junta, José Mazarías.
Las normas de la Junta de Castilla y León hacen referencia a la distancia física entre trabajadores, al uso obligatorio de la mascarilla y del gel hidroalcohólico y a la composición de las distintas cuadrillas de temporeros. «Se trata de que cada cuadrilla esté integrada por los mismos temporeros y trabaje siempre en los mismos lugares, para evitar que pueda haber contagios entre cuadrillas al alternarse en los puestos de trabajo. Es preferible que estos grupos sean estables y no se mezclen unos con otros. Cuantos menos riesgos haya, mejor para todos», añade Mazarías, que deja la posibilidad de someter a los trabajadores a pruebas PCR en manos de las propias empresas. «Son los servicios de prevención de riesgos laborales de las empresas los que deben establecer si se realizan o no esas pruebas. La Junta no lo hace con la población en general y tampoco puede hacerlo con este tipo de trabajadores», apunta. Hasta ahora, los viveros de la fresa sí están realizando pruebas PCR. Empezaron haciendo test rápidos, pero últimamente se ha optado por las PCR antes de empezar a trabajar. «Sabemos que las empresas están respondiendo fabulosamente a través de sus servicios de prevención de riesgos laborales. Incluso tienen preparados viviendas para proceder al aislamiento de uno o varios trabajadores si, llegado el caso, fuera necesario».
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Escasez
Pese al control, el miedo está ahí. Solo los productores saben las dificultades que tienen para organizar una campaña tan delicada y temen que un brote pueda echarlo todo abajo. Por otra parte, a estas alturas desconocen si van a poder contar o no con toda la mano de obra que necesitan. Las organizaciones agrarias están al tanto de la escasez de recursos humanos. La Unión de Campesinos UCCL-Segovia ha habilitado una bolsa de empleo y está insistiendo en la necesidad de mano de obra que tienen los viveros. «Hay muchas restricciones, fronteras que están cerradas y recomendaciones de no viajar a ciertos países. Ya el año pasado notamos una menor afluencia de trabajadores rumanos, y a instancias de la Subdirección General de Migraciones hemos abierto la vía de Marruecos, pero también hay muchas limitaciones en este país. Tenemos solicitadas una serie de trabajadoras, pero no sabemos si finalmente van a venir. Se juntarán las campañas de la fresa y la patata con la vendimia, y las empresas tendrán que apañarse con lo que se pueda. Habrá que buscar a gente en paro o de aquí. Se trata de campañas muy cortas que deben sacarse adelante porque el producto se estropea. Sabemos que lo alargarán todo lo que puedan para no perder el producto, pero este tiene un tiempo», sostiene el secretario técnico de UCCL-Segovia, Juan Carlos López.
La provincia suele recibir, al cabo del año, a 5.000 temporeros para las distintas campañas hortofrutícolas, que se escalonan o solapan entre sí.
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