«La presión en la Atención Primaria de Segovia vuelve a estar al límite»

A los profesionales de los centros de salud se les junta «la asistencia habitual de las consultas, todo lo que está pasando con la covid, otros problemas respiratorios propios de esta época y la vacunación, que retrae personal». Ante este panorama, la responsable del seguimiento del coronavirus en la provincia insiste en advertir que el primer nivel asistencial está llegando «al límite» una vez más. «Hay personal que está doblando jornada, atendiendo por la mañana y vacunando por la tarde», expone.

«La presión el Primaria prácticamente no ha bajado, con cada ola se satura la primera», llama la atención la responsable sanitaria. «El problema de la presión asistencial por la gravedad que entraña para los propios enfermos de covid y para los profesionales ya no es la capacidad de atender todos los casos, sino todo lo que se deja de atender y que puede ser grave», advierte.

La vertiginosa escalada de positivos de contagio por covid les está exigiendo un esfuerzo mayor. Aunque ahora las cifras de infecciones nuevas esté disparada, Carmen Montero recuerda que «no hemos parado en ningún momento y contamos con la ayuda de las Fuerzas Armadas». A pesar de ese trabajo y del refuerzo, las comunicaciones de positivos acumulan retrasos, que encadena con la tardanza la hora contactar con los contactos estrechos. Es un efecto dominó.

La coordinadora ve en la actual andanada del coronavirus un problema que refleja también una sensación de cierta inseguridad y desprotección en la sociedad. «Ahora parece que no sabemos dónde está, de dónde viene», destaca a diferencia de otras oleadas. La directora de Enfermería de la Gerencia de Asistencia Sanitaria de Segovia tiene claro uno de los motivos que está detrás de esta propagación veloz de la infección comunitaria. «Si se baja la guardia se facilita la transmisión», señala pensando en la relajación de las medidas de prevención como prescindir de la mascarilla o del gel hidroalcohólico y no guardar las distancias de seguridad o juntarse en aglomeraciones de gente.

La circulación del virus y el seguimiento que hace el equipo que coordina le llevan a apuntar que «de los contactos estrechos de alguien que ha dado positivo, un tercio está contagiado». Puede que no dé de inmediato, advierte. Al terminar la preceptiva cuarentena, a los diez días, Montero asegura que entre el 20% y el 30% de esos contactos estrechos a mayores también está infectado. Al final, en torno a la mitad de las vinculaciones personales directas que ha tenido una persona que da positivo acaba contagiada, calcula la coordinadora de los rastreadores en la provincia.

El perfil de los afectados es «variopinto». «Los menos son los de 70 años en adelante y donde más casos se están dando es entre los 40 y 50 años, así como entre jóvenes entre 18 y 35 años». Sin embargo, la responsable sanitaria advierte en este capítulo de otra circunstancia que se está produciendo en esta ola. Se trata de los niños. «Hay brotes en colegios porque son los reservorios del virus donde están los que no se han vacunado», apunta la coordinadora. «Puede pasar más desapercibido porque tienen menos síntomas», precisa la directora de Enfermería. De ahí la importancia de extender la vacunación contra la covid a los menores de entre 5 y 12 años. Esos pequeños llevan el virus a sus casas, infectan a los padres y a los mayores que estén en casa con los que conviven, incide la directora de Enfermería.

Montero matiza y apunta que no son tanto los propios centros los focos, sino las actividades extraescolares, como los comedores, los autobuses o los juegos con los compañeros en el parque.

Por eso, «la mayoría de los casos que estamos viendo se dan en reuniones sociales o familiares». Y ahí entran las fiestas, las cenas de empresa por Navidad, las salidas con los amigos. Y cuantos más grupos diferentes sean con los que se junta una persona, más boletos para contraer el virus y para que se expanda a un ámbito de gente más amplio.

Carmen Montero hace un llamamiento a la responsabilidad ciudadana y pide que, de reunirse, sean «grupos estables, porque sino se están jugando muchos boletos de la lotería para que se contagie». A su vez, solicita que se proteja a los mayores, que la pandemia ha demostrado, por desgracia, que son los más vulnerables