Alumnos artilleros en plena clase práctica, ayer, en Baterías. Antonio Tanarro

Las prácticas pendientes obligan a prolongar el curso mes y medio en la Academia de Artillería

Los alféreces y sargentos alumnos que han vuelto al centro militar están libres de covid y en «una burbuja de seguridad», según el coronel director

Carlos Álvaro

Segovia

Viernes, 19 de junio 2020, 09:13

La normalidad regresa poco a poco y con todas las cautelas a la Academia de Artillería. El centro militar segoviano reanudó el lunes las clases ... presenciales con la incorporación progresiva de los alféreces alumnos de quinto curso (escala de oficiales) y los sargentos alumnos de tercer curso (escala de suboficiales). A todos se les ha sometido previamente a un test serológico rápido y están en perfecto estado y dentro de la «burbuja de seguridad» que la Academia ha preparado para velar por su salud durante el mes y medio que tienen que pasar en el centro hasta la conclusión del curso, informa el coronel director, Alejandro Serrano. «Esta enseñanza no puede darse exclusivamente de forma no presencial. Era necesario recuperar a los alumnos para poder abordar las prácticas y otro tipo de ejercicios. El mando optó por incorporar solo a aquellos de los últimos cursos, los que este año salen tenientes y sargentos», explica Serrano.

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Aunque la tecnología ha permitido completar las clases teóricas desde mediados de marzo, las prácticas y otras actividades docentes pendientes obligan a prolongar el curso académico hasta finales de julio para estos alumnos que recibirán los reales despachos de sargentos y tenientes los días 29 y 30 de julio, respectivamente. La reincorporación se ha efectuado bajo las medidas de vigilancia epidemiológica vigentes y de acuerdo con las instrucciones de la autoridad militar. «Como están en régimen de internado, los alumnos se encuentran alojados en habitaciones individuales. Al mismo tiempo, hemos reducido el número de grupos. Ahora las clases se componen de quince alumnos y en las aulas grandes solo se permite un tercio del aforo. No obstante, independientemente del número de personas que quepan, siempre se respetará esa distancia de metro y medio o dos metros», añade el coronel Serrano. Estas restricciones figuran en el plan de contingencia que la Academia ha elaborado. Llevar mascarilla o adoptar hábitos de higiene básicos, como el lavado de manos o el uso de gel hidroalcohólico, también es obligatorio. El director pone como ejemplo las medidas establecidas en el simulador de tiro. La capacidad de las salas se ha reducido y el personal debe llevar mascarilla y desinfectarse las manos con hidrogel antes de entrar. Además, la limpieza de los espacios comunes es muy estricta y cuando hay cambio de turno se acomete una desinfección completa de las salas.

Tres escenarios

La incertidumbre se cierne sobre el próximo curso, aunque la Dirección General de Reclutamiento y Enseñanza Militar del Ministerio de Defensa tiene previstos tres escenarios: uno de absoluta normalidad, otro de contingencia no presencial y otro intermedio que permitiría retomar las clases con las consabidas medidas de distanciamiento, higiene y precaución. «En este supuesto, tendríamos algunas restricciones que nos permitirían ofrecer una enseñanza lo más normal posible y contar con el mismo número de alumnos (unos 300) porque en ningún caso habrá limitación». Salvo que la crisis sanitaria lo impida, el curso académico empezará a primeros de septiembre. «Tenemos una herramienta útil que nos permite las clases telemáticas, pero la enseñanza militar requiere un contacto directo. Detrás de la teoría, e incluso de la práctica, subyace algo muy importante, la formación integral –también moral– que el alumno debe recibir como futuro mando del Ejército. Y eso es muy difícil de transmitir a distancia», subraya el coronel Serrano.

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