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Varios niños participan en el Girathón solidario este viernes.

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Varios niños participan en el Girathón solidario este viernes. Antonio Tanarro

Pista libre para la solidaridad

Diez años después de que David Mora corriera 24 horas, colegios y clubes apoyan la causa con una nutrida presencia, alimentos y un gran ambiente

Viernes, 16 de junio 2023, 20:57

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Pedro Luis Gómez no pierde una ocasión de dar una vuelta a las pistas de atletismo. Con más de tres décadas de carreras a sus espaldas, cabe preguntarse cuántas veces ha completado ese giro de 400 metros, la mínima expresión del atletismo. El gran veterano de las carreras populares de Segovia ilustra a la perfección la filosofía del Girathon, el evento solidario que David Mora recuperó este viernes diez años después de empeñarse en correr 24 horas seguidas por el tartán al que da nombre Antonio Prieto. Y lograrlo. Fue un éxito de participación de toda la sociedad segoviana, desde las fuerzas de seguridad a colegios, clubes y deportistas de élite.

Aquello fue una fiesta desde primera hora de la mañana. Las pistas de atletismo, muchas veces un lugar de silencio, de atletas concentrados en sus series, era un centro de bullicio, unos decibelios que no se registran ni siquiera en campeonatos autonómicos. Cuando los vehículos de seguridad –desde Guardia Civil a Policía Local, Policía Nacional o Bomberos– hacían sonar sus sirenas, aquello era una discoteca para los niños. Incluso el que tenía aversión a correr, disfrutó de un rato ameno sentado en un coche patrulla. No fue la única actividad popular en una mañana que contó con una exhibición canina –cómo adiestran los agentes a sus perros–, un espectáculo de magia o un 'photo-call' de Star Wars. Actividades paralelas para enriquecer una jornada solidaria y deportiva.

Acudieron niños de todas las edades. Sirva el ejemplo del Cooperativa Alcázar, que desplazó a prácticamente todo el colegio, hasta los mayores, que echaron un cable a colocar los conos para separar las calles 7 y 8, reservadas para atletas con movilidad reducida, del resto. También acudieron el Claret, el Peñascal, Eresma, María Moliner o La Albuera. Y hubo alumnos de la Universidad de Valladolid.

Stand del Banco de Alimentos de Segovia. Antonio Tanarro

David Mora impulsó la actividad porque el Banco de Alimentos estaba escaso de donaciones. El puesto de la ONG estaba en la entrada para recaudar los alimentos nada más entrar al recinto. Leche, legumbres, cola-cao, un poco de todo. La parte de césped quedó para las actividades paralelas y los coches ocupaban la parte alta del recinto. Una vez depositado el donativo –algunos centros lo hicieron en grupo, otros de forma individual y hubo empresas que aportaron donaciones dinerarias–, cada cual decidía si contemplar la escena o calzarse las zapatillas para sentir el tartán. La organización contó un con servicio de fisioterapia y mitigó el día de calor, especialmente en las horas centrales, aprovechando que los aspersores del césped estaban activos.

Si la mañana fue para los colegios, la tarde fue para los clubes. Lejos de las 400 vueltas que dio en 2013, David Mora iba entrando y saliendo del tartán cuando se brindaba la ocasión. Por ejemplo, el pistoletazo de salida, una primera vuelta que lideró Javi Guerra como embajador de la prueba y que vistió para la ocasión a las 10:00 horas al responsable de Deportes de la Diputación, Óscar Moral, y a la concejala de Deportes del Ayuntamiento de Segovia, Marian Rueda. Los organizadores acompañaron a la comitiva y entraron cuando se terciaba. El presidente de Segosala, Daniel Sacristán, aprovechó el tramo entre dos y tres de la tarde, una vez desfilaron los niños. Y Mora no se privó de acompañar a Pedro Luis Gómez, secundado por su familia. En ese momento recorría las pistas en grupo una nutrida representación de atletas del Triatlón Lacerta.

La mayoría del público pululaba por allí, paseando por los 'stands' como harían en una feria, la prueba de que el carácter solidario del Girathon superó a la excusa deportiva. El plato fuerte de corredores desembarcó a última hora de la tarde para poner un broche dorado al evento, ya con menos calor. Volvió Javi Guerra para dar las últimas vueltas junto a Antonio Prieto y su hija Idaira Prieto, tres de los inquilinos más habituales del recinto. La nómina de ilustres incluía al corredor por montaña Raúl García Castán, al ciclista de montaña Francisco Herrero y un largo etcétera: Laura Paulina, Verónica de la Rica, José Luis Callejo o Luis Miguel Gómez. Una representación que fue más allá del atletismo y que contó con jugadores de fútbol o baloncesto.

El evento esgrimió también un gen inclusivo con las calles separadas para andariegos o atletas en silla de ruedas. Los organizadores invitaron de forma expresa a la Fundación Personas y celebraron la presencia de personas que rodaron con sus sillas. También fue una solución para integrar en el evento al que no ha corrido nunca o simplemente no quería hacerlo. Porque es difícil negarse a andar 400 metros.

Aquel reto de Mora, corredor de ultra distancia, terminó en 2013 con una feliz entrada en solitario tras 160 kilómetros en las piernas. Una década después, el evento mudó la piel y cerró de la forma más colectiva posible. Protagonistas muy distintos apoyando una causa común.

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