«Lo de las piscinas en casa es una obsesión, la gente lo quiere para ya»
La incertidumbre ante la covid-19 dispara la venta de piscinas domésticas, tanto portátiles como de obra
Otros años, a estas alturas, muchas familias dedicaban buena parte de sus horas libres a planear su verano. ¿A dónde vamos? ¿Cuántos días? Y si nos quedamos en la ciudad... ¿En qué piscina nos damos un chapuzón? La brutal incidencia de la pandemia de la covid-19 en la vida de todos desde mediados de marzo y el confinamiento al que los ciudadanos se han visto sometidos para achicarle espacio al virus han llenado de dudas el futuro. La perspectiva de una temporada estival mucho más limitada que las de épocas anteriores ha empujado a muchos a buscar un hueco en sus domicilios para asegurarse los baños, ante la incertidumbre de no saber si podrán ir a una casa en la playa o si las piscinas comunitarias y municipales finalmente podrán abrir, y mucho menos cuándo.
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Todas las empresas del sector constatan un crecimiento en las ventas y también en las solicitudes de información ya que, hasta la irrupción del coronavirus, muchos ni si quiera se habían planteado nunca la posibilidad de tener piscina propia.
Así lo asegura Estrella Torres, propietaria de Piscinas Segovia, que reconoce que no dan abasto ante el incremento de la demanda registrado durante las últimas semanas. El buzón de voz del teléfono de contacto de la empresa lo confirma e informa que ya no tiene capacidad para guardar más mensajes. «Estamos recibiendo muchísimas llamadas», explica. La llegada del buen tiempo, las semanas de confinamiento y el temor de muchos a acudir a lugares con gente, como puedan ser las piscinas municipales o las playas, ha llevado a muchos segovianos a optar por darse el chapuzón en casa.
Su empresa abrió el pasado 4 de mayo tras semanas cerrada por el estado de alarma, aunque durante ese tiempo ya cerró contrataciones de segovianos que tenían claro que este verano los baños serían en sus jardines. «Creo que hay algo de nerviosismo en la gente», confirma Estrella Torres. Durante el último mes la demanda se ha disparado a niveles que ningún otro año se habían alcanzado, pese a que de abril a junio es la época fuerte para el sector. En su caso, vende tanto piscinas portátiles que los propios clientes pueden montar en sus jardines como se encargan de piscinas de obra que ellos mismos realizan. «Nos están pidiendo de los dos tipos casi por igual. Hay días que nos demandan más de un tipo y al día siguiente del otro. Hay incluso quien pide las que tengamos disponibles ya. Es una obsesión. Lo quieren para ya».
El aumento de la demanda y la crisis sanitaria –muchas de las piscinas son fabricadas o cuentan con componentes de China– ha dejado los almacenes vacíos. «Las portátiles ni siquiera pasan por la tienda», comenta. Según las reciben, las mandan para el domicilio del cliente. Pese al aumento de la demanda y la escasez del producto, Estrella Torres afirma que han decidido no subir los precios. «Nos parece que en este momento es lo justo», declara.
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Por su parte, en las grandes superficies comerciales también han constatado un gran volumen de ventas de piscinas, como reconoce José Antonio Lobato, jefe de Comunicación de El Corte Inglés en Castilla y León. Con la venta centralizada a través de Internet debido a la incidencia de la pandemia, este incremento se ha dejado notar.Lo mismo ocurre con otros establecimientos como Leroy Merlin, que ha informado de que sus ventas de piscinas desmontables han crecido el 350% de la mano de una activación del mercado que ha llegado «antes que en años anteriores» y que ha traído consigo una mayor comercialización de productos asociados como pérgolas, parasoles o barbacoas.
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