
La viuda de Gregorio Ordóñez: «No tengo nada que perdonar, pero sí exigir que se haga justicia»
La mujer del diputado vasco que fue asesinado por ETA en 1995 comparte sus reflexiones y sentimientos con los alumnos del IES La Albuera de Segovia
No habían nacido cuando la banda terrorista ETA asesinó a Gregorio Ordóñez. Los alumnos de Secundaria del IES La Albuera conocieron ayer de primera mano y de forma muy directa qué se siente al ser golpeado con dureza por el terrorismo. Durante unas dos horas charlaron con Ana Iríbar, viuda del político asesinado por ETA hace ya 27 años.
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Fue una jornada cargada de emoción. «No sé lo que dirán los estudiantes, pero yo he salido muy contenta; los que podemos ofrecer nuestro testimonio de lo que ha significado vivir en el País Vasco en los años más duros, convivir con el terrorismo de ETA durante casi 50 años y encima ver cómo asesinaban a nuestros familiares, no podremos dentro de poco, fundamentalmente porque ya no estaremos aquí», manifestó Ana Iríbar.
Valora de forma muy positiva esta iniciativa «porque supone acercar nuestro testimonio a las nuevas generaciones lo terrible del terrorismo y cómo está en nuestras manos el defender la democracia, las instituciones y la libertad que siempre son muy frágiles y es a lo que les animo» con una doble enseñanza. «Por un lado, mirar al pasado para ver cómo puede ser de terrible y por el otro, mirar hacia el futuro para ver todo lo que está en nuestras manos para evitarlo».
En su memoria sigue muy presente aquel 23 de enero de 1995. Durante unos minutos explicó a los estudiantes cómo mataron a su marido, dónde estaba en casa y cómo le comunicaron que su marido había muerto. No se cansa. «Quienes no se cansan son los malos entre comillas; quienes no descansan son los herederos de ETA. Los que defienden su proyecto político siguen existiendo. Nosotros tampoco podemos descansar. Los demócratas, los que queremos construir una sociedad y respetar unas normas tenemos que ser perseverantes para que los malos no triunfen», manifestó. «Hay más de 350 familias que han padecido un atentado de ETA y no saben lo que pasó. No han tenido un juicio y solo por eso hay que seguir adelante».
Fue duro, muy duro. Su hijo, Javier, apenas tenía 14 meses. «Ahora es un hombre que ha crecido sin su padre, creció huérfano de padre y él dice que lo que más lamenta es que ETA le haya robado los recuerdos de su padre». Contestó como era la sociedad vasca en ese momento, cuál fue la reacción de la sociedad y también les habló del perdón. «Las víctimas del terrorismo de ETA somos el único colectivo de víctimas del terrorismo al que la sociedad y las instituciones vascas solo nos han mirado en los años más duros para pedirnos que perdonemos y que nos reconciliemos con los asesinos de nuestros familiares. Yo no puedo perdonar por la sencilla razón de que no es a mí directamente a quien han hecho un daño, a quien le hicieron el daño está muerto, está bajo tierra y ese ya no puede perdonar nada. No tengo nada que perdonar, pero sí exigir que se haga justicia. Lo que tienen que hacer es responder ante la justicia, colaborar con la justicia y cumplir con la pena que se les imponga en un juicio».
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Esta actividad forma parte del programa 'Testimonio directo de las víctimas del terrorismo en centros docentes' que desarrolla la Junta en colaboración con el Ministerio del Interior. Ya ha visitado el IES Giner de los Ríos, ahora el de La Albuera, y en los próximos días estará también en los institutos Duque de Alburquerque en Cuéllar y María Zambrano en El Espinar.
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