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Pablo Herranz desata al Balonmano Nava
El canterano domina al Huesca con ocho goles y los segovianos dejan atrás su mal inicio en Asobal con una victoria brillante
El Viveros Herol Nava ha sumado en apenas seis días más puntos que en los dos meses de temporada anteriores. Si la victoria agónica del ... domingo ante el Cuenca sacó al equipo del descenso, la de anoche ante el Bada Huesca, que venía de ganar bien a un coco como el Ademar León, fue la confirmación de un nuevo tiempo. Su entrenador, Álvaro Senovilla, lleva semanas diciendo que el nivel de los entrenamientos era muy superior al de los partidos, el bache de un equipo que perdió cinco de sus primeros seis. Quedó demostrado en la mejor noche como profesional del navero Pablo Herranz, una lección en el pivote que su nómina de goles, ocho, solo cuenta a medias.
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BM Nava
Brais González (2), Edu Reig (6), Alfredo Otero, David Fernández (5), Davide Pugliase (1), Gonzalo Carró (1), Óscar Marugán (4), Josu Arzoz (1), Rui Baptista (2), Dzmitry Patotski, Javi Carrión (3), Joao Bandeira (2), Nico Bonanno, Tahu Lufuanitu (6), Mateus Buda y Pablo Herranz (8).
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Bada Huesca
Yoel Morales (1), Fabricio De Souza (1), Ian Moya (2), Nacho Suárez (2), Alfonso Rodríguez (3), Charly Pérez (1), Nasarre, Óscar García (1), Tchitombi (6), Artur Parera (3), Drasko Nenadic (2), Gabor Decsi, Frank Cordies (9), Samu Cordies (2) y Ben Tekaya.
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Parciales: 2-3, 6-7, 10-8, 13-10, 17-12, 19-15 (descanso), 22-17, 27-22, 31-25, 35-27, 38-30 y 41-33.
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Árbitros: Iniesta Castillo y Colmenero Guillén. Señalaron cuatro exclusiones a los locales y a los visitantes.
El primer ataque navero terminó en pérdida, la excepción a la circulación excelsa que vendría después. Buda, cada vez más consolidado como portero titular, paró el primer penalti a Charly Pérez y los suyos fueron carburando su ataque estático, unos goles que el Huesca, menos sinfónico, anulaba con contragolpes y su fugacidad en el contragol. Ambos equipos buscaban atajos en cuanto mediaba la ocasión, desde el pase arriesgado para lanzar la transición o el tiro a portería vacía. Y lo cierto es que salía más veces cruz que cara.
La acción que despegó al Nava fue un triple siete, como en las tragaperras. El penalti que forzó Herranz y que embocó a la segunda, desde los siete metros, Edu Reig, cazando el rechace de Ben Tekaya. Así llegó el 7-7 y el Huesca no volvería a mandar en el electrónico. Siguió un lanzamiento de David Fernández en nueve metros y el enésimo bloqueo en la zona central de Herranz para liberarse e hincharse a goles. Los dos siguientes también fueron suyos. Uno al contragolpe, demostrando que los pivotes modernos no solo tienen volumen, sino que deben correr. El segundo, con una rosca delicada. Parcial de 5-1 que forzó el tiempo muerto del Huesca (11-8). El navero llevaba ya seis goles, más de la mitad del equipo.
La gloria del pivote la continuó Gonzalo Carró, con su enorme carácter, el del capitán que arenga a los suyos y se lleva una exclusión por protestar. Recogió la pelota, botó, un par de pasos y se la coló por debajo al internacional tunecino. Buda ponía de su parte para entorpecer a un Huesca fallón, tanto en la finalización –uno de los árbitros señaló gol en un disparo que se coló por detrás de la red– como en las pérdidas. El banquillo segoviano estaba muy metido, levantándose para celebrar una cobertura excelente de Nico Bonanno. Hasta Senovilla estaba enchufado: tuvo que sujetar a Tchitombi para que no se escoñase junto a él.
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Se daban todos los elementos para que el Nava rompiese la contienda. Y estuvo cerca de hacerlo en dos minutos frenéticos. La cosa empezó con un pase genial de Javi Carrión, que la cruzó al extremo izquierdo para el gol de Óscar Marugán. El navero marcó de nuevo a la contra, aprovechando un blocaje defensivo y la portería vacía de los oscenses, en inferioridad por el golpe sin intención de Samu Cordiés en la cara de David Fernández. Siguió otro gol de Carrión, atento justo después para provocar una pérdida aragonesa en el saque de gol y embocar rápido a puerta vacía desde su propio saque de banda. Otro parcial de 4-1 para un +6 con aroma a no retorno (19-13). Tenía motivos para pedir el tiempo extra José Francisco Nolasco, pero sus jugadores premiaron su confianza con dos goles terapéuticos antes del descanso (19-15).
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La respuesta del Huesca fue el poderoso brazo de Frank Cordiés, potencia desde nueve metros para relativizar la distancia con la portería. Sus goles acercaron a tres a los visitantes, pero el Nava recuperó el rédito con dos decisiones de fondo. La primera, la de Senovilla, que volvió a mantener a Reig como lanzador de penaltis pese a fallar el primero. Funcionó: no erró más. El segundo fue la calma de jugar con marcador a favor. Buda paró la acción para que Lufuanitu canjeara después la superioridad con un tiro cómodo en el extremo. Se acercaban los oscenses y los segovianos encontraban soluciones, ahora Rui Baptista, que empezó a generar autopistas hacia seis metros donde otros ven sendas estrechas. Marcó un gol de resumen, dejando a Decsi congelado en el aire para embocarla con una rosca. Y siguió el curso de Herranz, que no solo marcaba, sino que asistía al contragolpe y forzaba penaltis. Da igual que la pidiera por arriba y se la pasaran por abajo: lo cazaba todo. El castigo a las pérdidas del Huesca, que pedía el tiempo muerto de las urgencias (29-22) tras encajar un parcial de 5-1.
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Decsi se redimió ante Herranz levantando la pierna para, por lo menos, sacarle una. Lufuanitu se apuntó al pique para mantener su condición de máximo goleador navero. Con cuarto de hora por jugar, el Huesca ya renunció a la defensa 6:0 y mandó a dos jugadores de avanzado para robar balones, pero no había grietas en la circulación segoviana, que aprovechó para añadir goles sencillos de David Fernández y Brais González, que ponía el +8 (35-27) con diez minutos por jugar. Victoria en el bolsillo.
La matemática vaticinaba un final plácido, pero el aficionado del Nava no se fía. Un par de penaltis de Tchitombi y otro latigazo de Frank Cordiés bajaron un poco los decibelios, pero Buda dejó claro que en su portería no habría remontada. Un mensaje que consolidaron los goles de Carrión, Marugán o Plugliase, con piernas e ilusión para seguir corriendo. Y la ventaja llegó al +10. Este Nava vuelve a disfrutar.
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