Nervios, sudor y lágrimas en la cuenta atrás para la EBAU

Los rotuladores fluorescentes y las hojas de papel se han convertido en las monedas de cambio de numerosos estudiantes. El café prolifera en los escritorios como un elixir de supervivencia. Tampoco han faltado las infusiones relajantes. Las salas de estudio de la ciudad han anotado una mayor afluencia en las últimas dos semanas, pese a que la mayoría todavía prefiere hacer esquemas en sus hogares, sin tapones antirruido, o y repetir a viva voz los temas.

El ambiente de estos días se define como «raro». «Son demasiadas emociones juntas y muchos nervios; estás estudiando pero no sabes si te va a dar la nota», declara Jesús de la Fuente Gila, estudiante de la Casa de los Picos que aspira a estudiar Publicidad y Relaciones Públicas o Periodismo. La incertidumbre se apodera de las intensas horas de repaso, si la materia está controlada, o de hincar un poco más los codos «si hay algo que te sabes peor».

Los 'planning' por días, horas y asignaturas no siempre se cumplen. «Empecé hace dos semanas pero lo he ido dejando todo para el último momento; he estudiado alrededor de seis horas diarias», detalla Paulina Chinarro, que opta a conseguir plaza para estudiar Diseño en la Universidad Complutense de Madrid, con casi un 12 de nota de corte. «He notado que se me cae el pelo por la ansiedad y creo que no he tomado tanto café en mi vida como esta semana», explica.

El tiempo de estudio se incrementa hasta ocho o nueve horas en algunos casos. Un ejemplo es Mara Núñez, del IES María Zambrano, que quiere estudiar Enfermería. «Estoy preocupada por la EBAU y me estoy esforzando bastante, demasiado diría yo. Como consejo, cuando me agobio, salgo con mis amigos un poco para despejarme», traslada a sus compañeros y futuros universitarios.

En una situación parecida se encuentra Josmaily Pereyra, del IES Andrés Laguna, quien aún baraja varias carreras. «Estoy entre Psicología o algo relacionado con los idiomas», sostiene. Pero antes de ello, tendrá que superar los exámenes de las materias más complejas. Todos coinciden en que Historia y Literatura son las más enrevesadas por la mayor extensión del temario. «No se presenta fácil», indica la estudiante. «He llorado más esta semana que en toda mi vida», añade, lo que también han señalado otros testimonios.

Manejar el estrés y la tensión es crucial en estas situaciones. Ante ello, cada joven tiene sus trucos. «Algunos días los he tomado para descansar un poquito o quedar para liberarme porque estoy teniendo hasta sueños agobiantes», corrobora Alba Jiménez, también de la Casa de los Picos, que confía en estudiar Educación Infantil o un grado superior «si no me da la nota». Si bien es cierto que la preparación de la EBAU es una tarea de todo el año y ya conocen todo el temario, «da miedo que te puedan sorprender y cambiar los esquemas por completo», remarca.

Este giro de 360 grados es una posibilidad, aunque minoritaria. Para cuidarse las espaldas, todos los estudiantes tienen un as en la manga -no necesariamente de forma literal-. Mientras que unos han pedido tutorías a sus profesores o han asistido a clases particulares intensivas, otros han apostado por el 'coworking'. Una de las iniciativas más interesantes es la de De la Fuente Gila, que creó un grupo en WhatsApp e invitó a todos los segovianos a unirse para compartir apuntes o resolver dudas. «Es para ayudarnos entre todos», una medida que ha recibido el apoyo de una treintena de jóvenes.