Lección del Dos de Mayo: «Ser héroes en la guerra es difícil, pero lo es todavía más serlo en la paz»
El Arma de Arillería evoca la figura de los capitanes Daoíz y Velarde, héroes de la nación española
El Arma de Artillería ha celebrado este miércoles la festividad del Dos de Mayo. Los actos castrenses, que han estado presididos por el teniente general Juan Campins Miralles, se han desarrollado en la plaza de la Reina Victoria Eugenia, antesala del Alcázar, tras la ceremonia de entrega del Premio Daoiz. Allí se ha rendido homenaje a los dos artilleros más ilustres, Pedro Velarde y Santillán y Luis Daoíz y Torres.
La formación, al mando del teniente coronel Francisco Fernando Barrio García, estaba constituida por mando, escuadra, estandarte y baterías de alféreces alumnos de 5º curso de la Enseñanza Militar para acceso a la Escala de Oficiales, así como baterías de sargentos alumnos y alumnos de la Enseñanza Militar para acceso a la Escala de Suboficiales.
Tras los honores y el pase revista, tuvo lugar la entrega de los Premios Dos de Mayo y Sargento Ciro Martínez. El primero lo recibió el caballero alférez cadete Antonio Villar Campelo. Instituido en 1944, la Academia de Artillería reconoce con esta distinción al caballero alférez cadete que haya puesto de manifiesto las mejores cualidades por su comportamiento, elevado espíritu militar y aplicación. Por su parte, el sargento alumno Miguel Ángel Jáuregui Sánchez recibió el Premio Sargento Ciro Martínez, que el centro entrega al sargento alumno que haya destacado por idénticas cualidades.
Acto seguido, el capitán José Manuel Martín Areal leyó el elogio a los capitanes Daoíz y Velarde. Le corespondía por antigüedad. Martín Areal evocó la gesta del Dos de Mayo, esbozó los perfiles de sus héroes y destacó los valores que debe defender el artillero: «Tened presente que los héroes no nacen, se hacen. Ser héroes en la guerra es difícil, pero más difícil aún es en la paz. En la rutina diaria, en la realización de los servicios propios de nuestro empleo, en la instrucción y en el adiestramiento de nuestras unidades, en el trabajo y estudio diarios, aquí es donde vamos a forjar al héroe de la paz. Este héroe anónimo que día a día va tratando de mejorar y haciendo que mejoren sus subordinados. La superación de dificultades en nuestro quehacer diario son, sin duda, los ladrillos de los pilares de las virtudes militares».
Después del emotivo homenaje a los que dieron su vida por España y por estar próximo su pase a la reserva, el teniente general Campins renovó su juramento a la bandera. El himno de los artilleros y el desfile de la unidad de alumnos cerró las celebraciones.
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