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Espectáculo de las fuentes de La Granja de San Ildefonso. Antonio Tanarro

Segovia

Las fuentes de La Granja vuelven a deslumbrar a miles de personas

Patrimonio Nacional activa La Selva, Carrera de Caballos, El Canastillo, Ocho Calles, Las Ranas, La Fama y el emblemático conjunto escultórico de Baños de Diana

El Norte

Segovia

Viernes, 25 de julio 2025, 21:03

A media tarde de este viernes, y como cada 25 de julio, los jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso volvieron a convertirse en un escenario mágico para miles de visitantes. La esperada puesta en marcha de las fuentes monumentales, con motivo del día de Santiago Apóstol, reunió a unas 5.000 personas en una de las citas más singulares del calendario cultural y turístico de la provincia de Segovia.

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Aunque el día fue soleado, las temperaturas más suaves que otros años invitaron a disfrutar con calma del recorrido. Algunos visitantes incluso se resguardaban con chaquetas, pero el tiempo no fue obstáculo para vivir un espectáculo que solo se produce tres veces al año –el 30 de mayo (San Fernando), el 25 de julio (Santiago) y el 25 de agosto (San Luis)— y que convierte cada edición en una experiencia irrepetible.

El evento comenzó pasadas las 17:30 horas con el encendido de La Selva, una fuente que, sin ostentar los chorros más imponentes, impresiona por su volumen y diseño. Desde allí, los asistentes fueron desplazándose entre árboles centenarios y avenidas de trazado barroco para contemplar, una a una, las otras seis fuentes que componían el programa especial: Carrera de Caballos, El Canastillo, Ocho Calles, Las Ranas, La Fama y el emblemático conjunto escultórico de Baños de Diana.

Sin restricciones de agua, el espectáculo desplegó todo su esplendor. Algunas fuentes, como La Fama, asombraron al público con chorros que superaron los 45 metros de altura, impulsados únicamente por la fuerza de la gravedad en un sistema hidráulico ideado en el siglo XVIII y que sigue funcionando sin bombas ni mecanismos modernos. La ingeniería original, basada en el desnivel natural del terreno, volvió a dejar a muchos visitantes boquiabiertos.

El momento más aclamado fue, una vez más, el protagonizado por La Canastilla, cuya elegancia escultórica y dinamismo de chorros la convierten en una de las favoritas del público. Los niños se acercaban lo más posible al perímetro para empaparse del agua lanzada con fuerza, mientras los adultos trataban de captar el instante perfecto con sus teléfonos móviles.

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Entre los presentes se mezclaban visitantes locales con turistas llegados de distintas provincias, muchos de ellos repitiendo experiencia, otros asistiendo por primera vez pero todos con una emoción compartida: la de presenciar un espectáculo que mezcla historia, arte, naturaleza y emoción.

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