La floración de la colza y la remolacha, las más afectadas por las heladas de este abril

La climatología cambiante ha dejado otro récord en la provincia de Segovia. Esta vez es abril el que, en vez de aguas mil (esas ya las hubo en marzo), empezó a deshojar el calendario con temperaturas bajo cero. Las heladas a estas alturas del tiempo no son bienvenidas en el campo. Todo lo contrario, de prolongarse pueden echar a perder algunos cultivos. El responsable de Unión de Campesinos de Castilla y León (UCCL) en Segovia, Alfonso Pescador, cree que el episodio de frío intenso «no va a dañar a los cereales de invierno».

Más temeroso se muestra el representante agrario al intuir cómo puede afectar la escarcha y el hielo en otros cultivos. «El problema puede venir en la floración de las plantas». Pescador re refiere, sobre todo, al cultivo de colza en la provincia. Las heladas han podido pillar el inicio de la floración. De ser así, el presidente segoviano de la Unión de Campesinos piensa que este tipo de siembras pueden sufrir una pérdida de rendimiento.

El hielo tardío como el de esta temporada también es enemigo de la remolacha, cultivo de regadío. El representante de UCCL también cita esta planta entre los posibles damnificados del frío instalado durante la primera semana de abril en el campo segoviano, sobre todo si la inclemencia irrumpe en la germinación.

Por su parte, Alfonso Pescador deduce que las viñas, al estar aún en un estado de desarrollo muy inicial, apenas circula la savia por las cepas, por lo que las heladas pueden no ser dañinas ni no van a más en el tiempo y en la crudeza. Las previsiones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) para los próximos días descartan una repetición de las heladas registradas en el comienzo de este abril.

En general, aquellos cultivos que empiezan a florecer por estas fechas sufren la inclemencia del frío extremo. Por ejemplo, el almendro en flor es uno de los que acusan las condiciones adversas que se han producido hasta ahora. Los productores de zanahoria también confían en que las heladas cesen.

Aunque hay métodos que contrarrestan y salvaguardan al cultivo del hielo para que no padezcan el cambio de temperatura que se da entre las gélidas noches y los días con valores por encima de la barrera de los cero grados, la instalación no es precisamente barata. Una de esas defensas frente a las heladas, y que además permiten el paso del agua para nutrir a la planta, son las mantas térmicas que cubren lo sembrado, pero la inversión asciende a unos 2.000 euros.

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