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El público disfrutó con cada una de las canciones.

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El público disfrutó con cada una de las canciones. Antonio de Torre

Explosión de música y buen rollo

Cientos de jóvenes y no tan jóvenes disfrutan del VibraMahou Fest, en la campa del CIDE, en una tarde noche para bailar y pasarlo bien

Carlos Álvaro

Segovia

Domingo, 14 de septiembre 2025, 08:56

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Segovia también fue ayer el epicentro de la música en directo gracias al VibraMahou Fest, que transformó el entorno del CIDE en un hervidero de emociones, ritmos y energía. Durante más de doce horas seguidas, cientos de personas se dieron cita en el festival patrocinado por Mahou, que combinó un cartel de lujo con un ambiente vibrante, talleres cerveceros, una zona gastro de primera y sesiones de DJs que no dejaron a nadie quieto. Desde familias con niños hasta jóvenes con ganas de juerga y nostálgicos del rock, el festival demostró que la música tiene el poder de unir a generaciones enteras bajo un mismo latido.

La música empezó sobre las cuatro y media de la tarde. El pistoletazo de salida lo dio la banda de indie punk Anabel Lee, un torbellino sin filtros que irrumpió en el escenario con una fuerza arrolladora. Con sus guitarras afiladas y letras descaradas, cargadas de ironía, los integrantes del grupo encendieron al público desde el primer acorde. Sus canciones resonaron entre los asistentes, que coreaban con una mezcla de rabia y diversión. La banda catalana dejó claro que el punk sigue vivo y que ellos son unos de sus abanderados.

El ambiente dio un giro con Marlena, dúo formado por Ana Legazpi y Carolina Moyano, que trajo un soplo de pop luminoso al atardecer segoviano. Con su carisma y una química envidiable, ofrecieron un repertorio cargado de hits, como 'Me sabe mal' o 'Fecha de caducidad', que conectaron al instante con el público. Sus letras, que navegan entre el amor, el desamor y el empoderamiento femenino, resonaron especialmente entre las generaciones más jóvenes. La voz expresiva de Ana, combinada con las producciones impecables de Carol, creó un momento de comunión que se sintió íntimo a pesar de la multitud.

Uno de los momentos más esperados del VibraMahou Fest llegó al filo de las ocho de la tarde, cuando el segoviano Hens tomó el escenario con su pop urbano teñido de nostalgia dosmilera. El exintegrante de Go Roneo, banda mítica de Segovia, se sintió en casa y lo dio todo. Con temas como 'Me da igual' o 'Roto', Hens compartió vivencias personales que el público hizo suyas, cantando a pleno pulmón. Su estilo fresco, honesto y pegadizo convirtió su actuación en uno de los momentos más coreados de la noche. La conexión con su tierra se notó en cada gesto, y el público segoviano le devolvió el cariño con creces.

El dúo Marlena, en plena actuación. Antonio de Torre

Ultraligera subió después la temperatura con un rock eléctrico y contundente. Su propuesta, cargada de actitud y letras profundas, atrapó a los asistentes en un universo propio en el que los personajes de sus canciones cobraban vida. Sus temas resonaron con fuerza, y su energía sobre el escenario fue un auténtico imán. La solidez del sonido y la intensidad de directo demostraron que el rock sigue siendo un idioma universal.

Ya bien entrada la noche, Sexy Zebras desató el caos. En el buen sentido. Este trío madrileño, conocido por su actitud arrolladora, tomó el escenario como si fuera una conquista. Con himnos como 'Jaleo' o 'Quiero follar contigo', hicieron saltar, gritar y sudar a un público entregado. Su energía y capacidad para convertir cada concierto en una fiesta incontrolable fueron la guinda perfecta para la noche, aunque el broche final lo puso Fuzzzz by DJ Nano, leyenda viva de la electrónica española. Desde su cabina, Nano desató una sesión que fue un viaje sin frenos por el house, el techno, el indie y hasta el trance. Con más de dos décadas de experiencia, su versatilidad y carisma mantuvieron al público bailando hasta altas horas. Temas clásicos se mezclaron con beats frescos, en medio de una atmósfera de nostalgia y euforia que cerró el festival por todo lo alto.

Pero el Vibra Mahou Fest no fue solo música. La zona gastro, con food trucks que ofrecían desde burgers gourmet hasta opciones veganas, fue un éxito entre los asistentes, que recargaban energías entre concierto y concierto. Los talleres cerveceros atrajeron a curiosos de todas las edades, que aprendieron los secretos de la cerveza artesanal mientras brindaban por la noche.

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