«Dejar a mi padre en Ucrania fue muy difícil; ojalá poder reunirnos pronto»
La joven Sofía Holovan, que llegó como refugiada a Segovia hace tres años, pide que nadie se olvide de lo que aún pasa en su país
La joven ucraniana Sofía Holovan vivía el comienzo de su adolescencia con sueños, deseos y proyectos junto a su familia y en su país. Todo ... cambió aquel febrero de 2022, cuando estalló la guerra con Rusia y pronto supo que su futuro próximo no iba a continuar allí. «Sabíamos que teníamos que irnos porque hubo muchos bombardeos en mi pueblo. Mataron a varias personas, teníamos que huir», relata. A las pocas semanas llegó a Segovia como refugiada, donde intentó construir un nuevo hogar. Sin embargo, han pasado tres años y su corazón sigue en Ucrania. «Mi padre está en el frente, es una situación muy difícil», asegura.
Publicidad
Con tan solo 17 años, ha aprendido a hablar castellano a la perfección cuando antes no conocía ni una palabra. «Cuando vinimos todos quisieron ayudarnos, es algo que significa mucho para nosotros, pues todas las personas con las que he tenido la suerte de encontrarme me han apoyado mucho», asegura. Los mensajes de ánimo se han sucedido a lo largo de 36 meses y no han sido en vano. «El hecho de que mi familia esté separada no es fácil», lamenta.
El recrudecimiento de los ataques por parte de Rusia en Járkov, su región, les obligó a buscar alternativas. «Hubo un momento en el que entendimos que no podíamos quedarnos», recuerda. Los voluntarios españoles les ayudaron a escapar, pero su padre no pudo acompañarles en esta huida. A día de hoy, se encuentra luchando en el frente. «Nos echa mucho de menos», pronuncia. En este tiempo se han reencontrado en varias ocasiones en sus visitas puntuales a Ucrania y no hay jornada en la que no hablen con él. «Hemos visto cómo ha cambiado mi padre, su vida es totalmente diferente y lo está pasando muy mal: el año pasado mataron a su mejor amigo y eso le afectó mucho», indica.
Su esperanza es que la guerra acabe cuanto antes para que su familia pueda «volver a reunirse» y, en cierto modo, recuperar la vida que tenían antes, de la que se tuvieron que despedir contra su voluntad. «Queremos enseñar al mundo que no nos olvidamos de lo que pasa en nuestro país y que los demás tampoco deberían», asegura la joven. Así lo hizo saber este lunes en una concentración en apoyo a Ucrania, en la que participaron decenas de segovianos y muchos refugiados.
Publicidad
«Esto no ha acabado y todavía no sabemos con certeza cómo va a acabar», remarca María Zchalichuk, presidenta de la Asociación Ucranianos en Segovia, quien se encontraba en Segovia cuando comenzó el conflicto. Fue uno de los rostros visibles a la hora de organizar iniciativas para el envío de ayuda a su país y también para acompañar a los refugiados durante los primeros meses desde su llegada.
«Hay gente que ha regresado a Ucrania, pero sigue siendo una población que continuamente necesita apoyo; sentirnos útiles con ellos es lo que nos dio un impulso para seguir», declara. Una parte de su familia todavía reside en su país. «Cuando hay un ataque llamamos para saber si están bien, si están vivos». Los ucranianos aún conviven con la incertidumbre, pero también con el deseo de poder alcanzar muy pronto la paz.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión