Borrar
Imagen del conjunto escultórico tras la restauración. M. Rico
El Cristo del Calvario de Cuéllar se libra de los xilófagos

El Cristo del Calvario de Cuéllar se libra de los xilófagos

La Fundación de Las Edades del Hombre restaura el conjunto escultórico del siglo XVI para agradecer el cariño en la acogida de ‘Reconciliare’

Mónica rico

Segovia

Jueves, 8 de marzo 2018, 13:18

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

La Fundación Las Edades del Hombre regresó ayer a la localidad para hacer entrega de las obras de restauración de El Calvario, escultura que habitualmente se sitúa en la iglesia de San Miguel y que a su vez es imagen titular de la cofradía del mismo nombre, que sale en procesión cada Viernes Santo. El secretario de la Fundación, Enrique Martín, señaló que los trabajos tratan de corresponder de alguna medida el cariño y la atención recibida por la acogida en la localidad de ‘Reconciliare’ el año pasado.

Así, además de entregar una de las obras de la exposición a la parroquia, la Fundación optó por acometer una restauración. El elegido fue este Calvario «extraordinario desde el punto de vista artístico y excepcional desde el punto de vista devocional en Cuéllar». Tras meses de trabajo, ayer se presentó el resultado final, que fue explicado por Isidoro Moreno y Beatriz Martín, restauradores del Centro de Conservación y Restauración de la Fundación Las Edades.

Aunque ha sido un trabajo en equipo, Moreno se encargó principalmente de la imagen del Cristo Crucificado, su cruz y el Gólgota. Respecto al Cristo, apuntó la existencia de pocas faltas de policromía, aunque ésta se encontraba muy erosionada por la intervención anterior. Detalló que probablemente había estado sometida a un proceso de limpieza muy agresivo, por lo que, tras la eliminación de la capa de barniz se vio que la capa de policromía estaba bastante dañada, tanto que incluso en algunos puntos afloraba ya el estucado, la capa de preparación.

El Cristo también presentaba grietas en los hombros que se han restaurado y dedos postivos que se han eliminado «porque eran bastante torpes de ejecución, y a nivel de gesto interferían mucho en la lectura del Cristo». Así, los trabajos continuaron con la retirada de los dedos, la composición de los nuevos y la reintegración cromática de la talla.

La Cruz, al ser de un tipo distinto de madera a la del resto del conjunto, estaba especialmente atacada de insectos xilófagos, por lo que en los trabajos se ha realizado una labor importante de desinsección, consolidación y composición de volúmenes. Moreno explicó que se trata de una cruz muy bonita, policromada imitando a madera y que en otros casos similares que han pasado por el taller se ha planteado la idea de su sustitución por tener poca carga histórica y artística, «pero en este caso se trata de una cruz con mucha entidad, por lo que hemos decidido conservarla y recuperarla».

San Juan y la Virgen

La restauradora Beatriz Martín tomó el relevo a Isidoro, quién había empezado a hacer las catas de limpieza de San Juan Evangelista, y ella se centró en esa imagen y la Virgen Dolorosa. En cuanto a patologías, las cuatro piezas se encontraban en similar estado de conservación, y en las dos en las que ella intervino se encontraba en mejor estado el soporte, pues el ataque de xilófagos había sido mínimo y muy puntual, y al haber sido tratado con anterioridad su estado estaba muy controlado.

Sus trabajos comenzaron con la limpieza de las imágenes, eliminando el barniz, que era la alteración más vistosa y más evidente, puesto que la capa era muy gruesa y estaba aplicada muy irregularmente, además de ocultar «por completo» la policromía de los colores.

En las encarnaciones apareció un tono muy clarito, en muy buen estado de conservación, y fueron descubriendo detalles como las cejas (en el caso de San Juan una de ellas era un repinte, por lo que únicamente la derecha es la original). «También aparecieron detalles como pestañas que estaban completamente ocultas», afirmó, y destacó que el pelo había sido repintado por completo y estaba muy oscuro. «Seguramente lo hicieron porque presentaba muchas pérdidas de policromía y decidieron taparlo por completo». Ahora se ha aclarado y el cabello tiene un tono más castaño.

Respecto a los estofados, Martín apuntó que son de colores muy vistosos y con gran cantidad de oro, y que, aunque el barniz había tapado bastante las policromías, éstas tenían buen estado de conservación, aunque sufría muchos desgastes en la zona del oro, por lo que ha habido que trabajar con mucho cuidado, pues el oro no admite una limpieza acuosa. También aparecieron muchas pérdidas de policromía en la capa de preparación, sobre todo en las zonas más salientes, que son las más propensas a sufrir golpes, roturas o manipulaciones humanas.

Al igual que ocurrió en el Cristo, la manufactura de los dedos de la mano de San Juan era muy tosca y se decidió que era mejor eliminarlas y rehacer unas nuevas «con tacos de madera que se unieron al soporte con espigas, y a partir de ahí se fue modelando con una resina hasta darle la forma final», detalló.

Grietas y trasera

En las imágenes tampoco faltaban las grietas. Martín explicó que la madera se mueve, y es irreversible, pero existían grietas de gran tamaño sobre todo en la parte trasera. En el caso de San Juan, en la parte superior se habían utilizado enchuletados de madera para taparla «que no estaban mal desde el punto de vista técnico, y se pudo trabajar sobre ello», mientras que en la zona baja se había usado una pasta «que no le hacía bien», por lo que se decidió retirar, también porque invadía la policromía original. Al retirarlo se encontraron con que no había grieta, sino un mínimo desnivel, que se ha igualado con un poco de resina para salvar el salto.

En la parte trasera de la Virgen, al parecer estaba hueca, de manera que se decidió colocar una tapa por detrás muy ajustada, sobre la que se incluyó la policromía, pero en algunas zonas sin capa de preparación. En esta zona se ha tratado de igualar el tono para que quedara bien integrado. En las imágenes también se rehízo algún volumen, como el del dedo gordo del pie; y en el soporte, que estaba bastante bien, se inyectó puntualmente desinsectante en algunas zonas para prevenir.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios