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Pili Carmona Aceves realiza los últimos remates en el mural. M. R.

La bienvenida a un pueblo de Segovia con 10.000 tapones de plástico

Pili Carmona Aceves ha empleado 50 días en realizar un cartel de bienvenida de másde 42 metros cuadrados junto al campo de fútbol de la localidad

Mónica Rico

Cuéllar

Jueves, 28 de agosto 2025, 11:49

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Lo que a principios de verano era poco más que una idea se ha convertido, a finales de agosto, en una realidad: Vallelado cuenta ya con un gran mural de bienvenida realizado con tapones de plástico. La obra recibe a vecinos y visitantes a la entrada del municipio por el polígono industrial, una zona de gran tránsito diario de coches y camiones.

La impulsora de esta iniciativa es Pili Carmona Aceves, maestra de Educación Infantil y vecina del pueblo. Hace ocho años, durante un concurso de reciclaje con sus alumnos de cuatro años, recolectó gran cantidad de tapones con los que elaboraron mandalas. Con el material sobrante, y aprovechando una pared de ladrillo en su huerto, creó su primer mosaico. Después vinieron tres más, y su casa se convirtió casi en una pequeña galería de arte reciclado.

Este verano, Carmona propuso al Ayuntamiento realizar un cartel de bienvenida en una pared próxima al campo de fútbol. Ella misma accede siempre por esa entrada desde Valladolid y echaba en falta una señal que indicara la llegada al pueblo. El Consistorio apoyó la idea y, sin saber muy bien si tendría suficientes materiales, se puso manos a la obra.

Lo que no esperaba era el aluvión de apoyo. Al conocerse el proyecto, muchos vecinos empezaron a guardar tapones y a entregárselos. A esos se sumaron los que Pili traía del colegio donde trabaja. El resultado: más de 10.000 tapones utilizados a lo largo de 50 días de trabajo, aunque asegura que dejó de contar llegado un punto. «Cada fila vertical tiene entre 60 y 70 tapones», detalla. Y aún le han sobrado, sobre todo de colores menos usados, como rojos, verdes o naranjas.

Como anécdota, la autora destaca que se puede hacer una estimación de los productos más consumidos por los vecinos según los tapones que ha recibido: los más abundantes han sido de agua y leche, seguidos de refrescos y productos de limpieza.

Además del mural, ha pintado los escudos del municipio y del club de fútbol local. En este caso optó por pintura tradicional, ya que los tapones necesarios para reproducir los detalles habrían sido demasiado pequeños. Para fijar las piezas utilizó unas 600 barras de silicona, aplicadas con pistola termofusible, costeadas por el Ayuntamiento, que también colaboró con la compra de pintura.

El mural ocupa más de 42 metros cuadrados y, visto de lejos, puede parecer una pintura. Pero al acercarse se aprecian los miles de tapones que lo componen. En palabras de Pili, «al principio los vecinos no sabían muy bien lo que estaba haciendo. Me preguntaban si estaba pintando y yo les decía que estaba pegando tapones».

Ahora que la obra está terminada, la reacción ha sido unánime: orgullo y emoción. «Esta era una ruta más bien de paso, pero ahora se ha convertido en una ruta de paseo para ver el mural», comenta. Algunas personas mayores, incluso con movilidad reducida, han sido llevadas en coche por sus familiares para poder contemplarlo.

Vista de frente del mural realizado con tapones. M. R.

El mural ha generado tanto impacto que este año la foto del cartel aparecerá en el programa de las fiestas de Vallelado, y su autora será la pregonera. Al principio, confiesa, le daba cierto reparo aceptar el ofrecimiento. Pero finalmente se decidió, y aprovechará su intervención para lanzar un mensaje de implicación comunitaria: «Me gustaría hablar del voluntariado que hace falta para mejorar el pueblo. Colaborar entre todos, cuidar las fachadas, plantar flores, ayudar a los mayores... darle un aire nuevo a Vallelado».

El pregón, asegura, estará orientado a promover ese espíritu colaborativo y a agradecer a todas las personas y asociaciones que trabajan, muchas veces de forma silenciosa, por el bien común. «Hay mucha gente que se deja la piel por el pueblo, y es hora de ponerlo en valor».

Pili Carmona ya piensa en nuevos proyectos. «Tengo muchas ideas para embellecer otras paredes del pueblo. Si el Ayuntamiento me da permiso, el verano que viene continúo». Con la experiencia acumulada, el respaldo vecinal y las bolsas llenas de tapones sobrantes, parece que Vallelado tendrá nuevos murales en el futuro.

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