La biblioteca mantendrá en cuarentena durante 14 días los libros devueltos por los usuarios

A finales de mayo o principios de junio. Son las fechas en las que se espera la reapertura de las bibliotecas públicas de Castilla y León, entre ellas de la de Segovia ubicada en el barrio de Comunidad de Ciudad y Tierra. Su regreso a la actividad presencial, ya que la 'on line' se ha mantenido durante los últimos meses, está supeditada a la reorganización de sus instalaciones y espacios para poder garantizar la salud y seguridad tanto de los trabajadores como de los usuarios.

La adaptación del edificio consistirá, al menos en su primera fase, en la instalación de mamparas que separen a los bibliotecarios de los usuarios en los mostradores de información y en la dotación de material de protección como mascarillas, guantes o gel desinfectante. Con estas medidas, así como con la instalación de marcas en el suelo que recuerden e informen de la distancia de seguridad que se debe mantener con el resto de usuarios o trabajadores, la biblioteca pública de Segovia reabrirá durante los próximos días y al mismo tiempo que las del resto de la región.

Roberto García, director del centro, advierte de que la reapertura supondrá «un cambio radical» en el funcionamiento que tenía la biblioteca hasta el inicio de la crisis sanitaria. Prevé que todavía faltan varios meses para que el edificio pueda abrir sus puertas con normalidad sin limitaciones de aforo o de uso de sus productos. «La normalización será gradual y paulatina», explica. Habrá sucesivas fases, cada vez menos restrictivas, que comenzarán por una en la que no se permitirá que los usuarios accedan al interior de la biblioteca. El objetivo no es otro que «tener una influencia positiva en la evolución de la salud pública». Durante la primera fase los usuarios tan solo podrán acceder al interior de la biblioteca para recoger los libros previamente encargados. Es decir, quien quiera el préstamo de un producto de la biblioteca, primero tendrá que reservar cita previa.

El centro también estará disponible para la devolución de los libros, que se puede realizar de manera presencial en el horario habitual de la biblioteca o en el buzón habilitado para tal fin. De hecho, aquellos que disponen de libros recogidos antes de la crisis sanitaria y que no han podido ser devueltos durante las siguientes semanas ya pueden entregarlos a través del buzón sin ninguna multa o penalización por el retraso. También lo podrán hacer durante los primeros días en los que la biblioteca estará de nuevo abierta, en los que «seremos flexibles» para la devolución de los más de 4.000 préstamos que están pendientes de devolución.

Ya sea de forma presencial o a través del buzón, el libro devuelto a la biblioteca tardará al menos dos semanas en volver a estar a disposición del público. «Los libros no pueden ser desinfectados», comenta Roberto García. Así, los productos devueltos pasarán por una cuarentena de catorce días para evitar cualquier riesgo de contagio con el siguiente usuario. Una situación que, según apunta García, supondrá que los libros, revistas o productos audiovisuales que acaban de salir al mercado pierdan parte de su carácter novedoso. «Con una cuarentena de catorce días, el segundo usuario de ese producto tendrá que esperar cerca de un mes para poder disfrutarlo», indica.

Aunque el regreso de parte de la actividad presencial a la biblioteca supondrá que se permita la consulta de dudas en el mostrador de información, la dirección del centro recuerda que a través del teléfono, las redes sociales o el correo electrónico de la biblioteca se pueden resolver todas las cuestiones sin necesidad de acudir de manera presencial.

Con más de un millar de usuarios diarios antes de la crisis sanitaria, en la segunda fase de la reapertura «se permitirán otros servicios del centro», aunque todavía con restricciones en cuanto al uso de los productos del centro y al grado de ocupación de sus instalaciones. Para entonces tendrán que insistir en una limpieza y desinfección mayor del centro y se estudiará la posibilidad de adquirir material como máquinas de ozono. «Nos llegan muchas ofertas de ese tipo de material, pero nos tenemos que ceñir las órdenes de Sanidad y Cultura», subraya García.

Por su parte, la plantilla del centro, formada por 24 trabajadores a los que hay que añadir el personal de limpieza y seguridad, trabaja a turnos, «unos presencialmente y otros teletrabajando», para evitar las aglomeraciones.