Un barco para la eterna pirata Olivia
La sonrisa de la niña asesinada en octubre en Gijón permanecerá intacta en Torrecaballeros cuyo complejo deportivo ahora lleva su nombre e imagen
Torrecaballeros tiene hilo directo con el cielo. La sonrisa de Olivia, la pequeña de seis años asesinada presuntamente por su madre el pasado mes de octubre, acompañará a cada niño que juegue en el complejo deportivo de la localidad segoviana, que ahora lleva su nombre. Desde este viernes, un barco pirata, ubicado en el nuevo parque de juegos infantiles, tiene una placa con su imagen y refleja su espíritu risueño, que ahora será recordado para siempre por sus familiares, amigos, vecinos y generaciones venideras. Aún desde el cielo.
«Aquí hemos oído sus primeras palabras, aquí la 'pirata' dio sus primeros pasos, sus primeros pedales en el triciclo y luego en bicicleta, patadas al balón...», rememoró el padre de la pequeña segoviana, Eugenio García, en un sencillo pero emocionante homenaje. Han pasado ocho meses desde el asesinato de Olivia a manos, presuntamente, de su progenitora en Gijón y las lágrimas no han cesado, como pusieron de manifiesto los suspiros de cada uno de los asistentes al acto.
Más de medio centenar de personas acompañaron a la familia de Olivia en la inauguración del espacio de juego infantil y la denominación de la zona deportiva de la localidad como 'Pirata Olivia', en relación al cariñoso apodo que le otorgó su padre. Así se aprobó por unanimidad en el pleno municipal del pasado 28 de abril, según recordó el alcalde Rubén García.
El pleno del 28 de abril del Ayuntamiento de Torrecaballeros aprobó por unanimidad dar el nombre de 'Pirata Olivia' al complejo deportivo
Eugenio García agradeció que un trocito de pueblo ahora llevase el nombre de su hija. Se trata de un espacio que «es una ventana al pasado muy dolorosa, pero también tiene que ser al presente y al futuro para recordar que esto no puede volver a pasar jamás», insistió. «El odio no puede tener cabida en nuestra sociedad y la ausencia de Olivia tiene que servir para mejorar como personas», aspostilló emocionado.
El barco pirata tiene un loro, un catalejo y un mástil que sujeta una bandera. También una placa con una ilustración en la que se puede ver a la pequeña en la proa de una embarcación con sus distintivas gafas, las mismas que estaban impresas en las camisetas que portaba su padre y demás familiares a la altura del corazón.
En el recuerdo
Del mismo modo que en la plaza de la localidad en aquel fatídico día en que se conoció su asesinato, durante el homenaje se pidió guardar un minuto de silencio para «escuchar esa sonrisa de fondo de Olivia, la misma que escucharíamos cada tarde desde el jardín de la casa de sus abuelos, aunque ahora esté un poco más lejos», pronunció el regidor. Un silencio que, aunque han pasado varios meses, volvió a sentirse como atronador.
«Sé que ahora estará muy contenta por ver a la gente en su espacio, donde fue completamente feliz y donde ahora será feliz para siempre», declaró Eugenio García después de mandar un beso al cielo. Torrecaballeros volvió a unirse «por una buena causa», aunque también triste por «hacer algo que nunca habríamos querido», lamentó Rubén García. Era el primer día de calor, marcado por la plenitud del sol, después de semanas. «Estoy seguro de que esta esperanza y luminosidad es cosa de Olivia», señaló.
«Este es un espacio mágico y entrañable, Aquí hemos oído sus primeras palabras, aquí la 'pirata' dio sus primeros pasos...«
Eugenio García
Padre de Olivia
A un paso de la arena del parque infantil, en ese espacio mágico y entrañable, proliferaron las anécdotas que niños y mayores han guardado con candado en sus memorias. Todas ellas tienen como protagonista a Olivia. «Eso le gustaba cosa mala», bromeó su padre durante su intervención. En patinete, con un balón, en la piscina y bailando son solo algunos de las aficiones por las que la pequeña era reconocida.
Tras los emotivos discursos y abrazos compartidos, los familiares de la 'pirata' recibieron ramos de flores en su honor y fueron sus primas y amigas las encargadas, entre sonrisas y lágrimas, de desfilar por el tobogán que pronto atrajo la atención de decenas de pequeños. «Te juro que siento por dentro que te encontraré surcando los mares de algún país allí donde nada ni nadie nos pueda separar», concluyó la canción de Silvia Sanjuán dedicada a Olivia.
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