Alzhéimer Segovia, en «situación crítica», apremia para que llegue la ayuda municipal de 70.000 euros

Pero Alzhéimer Segovia necesita más, un empujón final para centrarse en su acción y no en las cuentas, las cuales revelaban hasta la semana pasada «falta de liquidez», advierte la representante de la asociación provincial. Anabel de Pedro matiza que a finales de la semana pasada se firmó un crédito, que al fin y al cabo hay que devolver.

La gerente añade que «cada mes se presenta la certificación de obra del centro de día y hay que pagar a la empresa y me preocupa mucho que llegue un día y, por la falta de liquidez, no podamos hacerlo». Para ello, para garantizar la finalización de la construcción del complejo que mejorará la atención y la calidad de vida de las personas y familiares que padecen esta enfermedad, la asociación suspira por la concesión de una ayuda municipal de 70.000 euros.

«Cualquier ayuda es importante», apostilla De Pedro, quien recuerda que hace dos meses se pidió esta aportación económica al Ayuntamiento de la capital, que con anterioridad ya había contribuido al proyecto de «manera muy importante» mediante la cesión del suelo sobre el que se ejecuta la edificación. «Creemos que esos 70.000 euros es una cantidad asumible», afirma la gerente. En este sentido, el portavoz del grupo de Podemos-Equo en el Consistorio, Guillermo San Juan, registró hace dos plenos una pregunta sobre en qué punto se encontraba la concesión de la ayuda.

La pandemia del coronavirus ha hecho mella en la gestión de Alzhéimer Segovia. Anabel de Pedro expone que, por culpa de la infección, «tuvimos cerrado el centro [actualmente en servicio en el edificio municipal de servicios sociales de La Albuera], y cuando volvimos lo hicimos con menos usuarios y tampoco tenemos los servicios al 100%, así que hay los mismos afectados, con menos ingresos y los costes son mayores». Con este panorama, «hemos tenido que tirar de los ahorros», se lamenta la portavoz de la asociación.

La incidencia del alzhéimer en la población no ha dejado de crecer. Aunque es difícil concretar la cifra de enfermos en la provincia, solo la organización sociosanitaria atiende a 80 personas y calcula que «cada año pasan por nosotros casi cuatrocientas familias». Lo peor, que el mal silencioso va a continuar su expansión y que continúa infradiagnosticado, avisa la representante de la entidad.

Por otra parte, la cara de la moneda es que «las obras van bien, así que confiamos en que al final de este año esté el centro de día construido, luego vendrán las solicitudes de permisos y completar la instalación», desgrana la gerente. Las futuras dependencias supondrán un salto hacia adelante en pos de la atención integral, ya que está previsto el emplazamiento de tres unidades de convivencia para un total de 48 usuarios, además de dos salas para talleres que servirán «para mejorar la autonomía personal» de los enfermos. El proyecto también incluye una sala de usos múltiples para los grupos de familias.