Aguilafuente: Un patrimonio impreso con letras de oro

Hablar de Aguilafuente es hablar de libros; o más exacto, del libro, en singular. Porque la villa, con una dilatada historia desde el Neolítico a los romanos, visigodos y la repoblación medieval, escribió con letras de oro su mejor página en 1472, con el Sinodal de Aguilafuente, el primer libro impreso en España.

La trascendencia de ese hecho no borra las otras páginas brillantes de su historia, reflejada en su riqueza patrimonial. Precisamente uno de sus monumentos, la iglesia de Santa María, fue el lugar que sirvió de 'trama' a ese libro. Dentro de sus muros y a instancias del obispo de Segovia, Juan Arias Dávila, se celebró un sínodo provincial, cuyas actas se imprimieron en el taller de Juan Párix, en la ciudad, para conformar el primer libro español de imprenta. Arias y Párix fueron los protagonistas y el templo de Santa María, el escenario de esta histórica publicación.

La iglesia es reflejo también del extendido libro de la historia de Aguilafuente. Así, posee vestigios del siglo XII al XVIII; de su primitiva construcción mudéjar queda su ábside semicircular, mientras que la torre es románica del XIII y la portada es del gótico flamígero. Para completar tanta mezcla de estilos, en su interior se puede contemplar una cruz de plata de Antonio de Oquendo, del XVI, y un retablo barroco, del XVII.

Este prodigio de convivencia de estilos curiosamente se da en otro de los lugares emblemáticos de la villa: la iglesia de San Juan, que alberga el Aula Arqueológica. El antiguo templo es románico y el museo reconstruye la villa romana de Santa Lucía. Otro portento en combinar la larga historia del municipio.

La ermita del Santo Cristo de la Peña completa esa trilogía de edificios religiosos. Ubicada en la salida de la villa hacia Lastras de Cuéllar, es del XVI y dentro acoge un Cristo barroco y un retablo de la misma centuria.

La arquitectura civil también cuenta con una página importante en este libro de la villa. Casonas como la de los Pérez de la Torre, Ribera, García Valdés o la 'casa de las conchas' jalonan el casco urbano, como el palacio de los Marqueses de Aguilafuente y el museo de Florentino Trapero, en el edificio modernista del Ayuntamiento.

Páginas variadas en el extenso libro que ha escrito Aguilafuente en tantas centurias de historia de una villa monumental.