El Acueducto borra sus imperfecciones

Hasta mediados de abril será habitual observar el peregrinaje de maquinaria y expertos que, dotados de cascos o arneses, examinarán cada recoveco del Acueducto para retirar vegetación. Las labores de limpieza del monumento romano comenzaron este jueves, aunque estuvieron precedidas durante los días previos de un barrido fotográfico que pretende ilustrar las consecuencias del paso del tiempo tanto en sus soportes y arcos como en el canal.

El Acueducto ofrecerá una cara nueva a los segovianos y visitantes este verano. Debido a su rango de protección, no es habitual observar vehículos bajo sus arcos, salvo excepciones. La retirada de especies vegetales es una de ellas. El objetivo es estético, aunque el restaurador profesional que lidera los trabajos, Carlos Sanz Velasco, advierte de que el «sustrato químicamente activo» que se genera si no se realiza este mantenimiento puede llegar a ser «un problema».

Desde la década de 1990 no se acometía una limpieza tan «intensiva», declara la alcaldesa de la ciudad, Clara Martín. Tan solo se realizó una prueba en pilonas de la plaza de Díaz Sanz en 2011, cuyos resultados fuero prometedores. A pesar de que no se puede evitar que un pájaro o el viento transporten una semilla que haga crecer una nueva planta en alguno de los huecos, apunta el restaurador, «se ha comprobado que en diez años los ejemplares retirados no han brotado nuevamente», añade la regidora, de ahí que hace meses apostasen por retomar la iniciativa.

En primer lugar, se ha realizado una labor de documentación fotográfica del Acueducto para «controlar el proceso después de la limpieza» y registrar su estado de conservación, con el objetivo de hacer constar «problemas que puedan ser graves», explica el restaurador. A continuación, se ha aplicado con una mochila de pulverización un herbicida sistémico que provoca que «las plantas mueran antes de arrancarlas».

Una vez se hayan secado los ejemplares, para lo que se necesita esperar un periodo de tiempo, serán retirados con las manos o con pequeñas espátulas de «menos dureza» que las piedras en aras de evitar arañazos. En los casos en que no se puedan retirar las raíces, «no vamos a picar con un mortero ni nada parecido», puntualiza Sanz, ya que sería peor el remedio que la enfermedad. A su vez, advierte de que hay una veintena de leñosas que requerirán el corte de su tronco y la inyección de otro herbicida.

Por el momento, los trabajos de aplicación del producto han comenzado en la zona del desarenador, para lo que se han servido de una pequeña plataforma elevadora. El restaurador avisa de que hay zonas cuyo complicado acceso va a dificultar la ejecución de los trabajos, como es la plaza de Díaz Sanz, por el desnivel del suelo; o la subida del Postigo, por ser una ladera con parte del terreno sin hormigonar, donde hay riesgo de hundimientos. En estos casos, la alcaldesa indica que se buscarán alternativas, como el empleo de un brazo grúa.

La limpieza finalizará antes del 15 de abril, periodo en el que comienza la nidificación de los vencejos. La rapidez de las labores dependerán en buena medida del clima. Si hace más calor, las plantas brotarán y la aplicación del herbicida será más efectiva, lo que agilizará el proceso. «Para tener margen, hemos empezado en cuanto hemos podido», concluye Sanz.

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