Resinas Naturales espera producir un 25% más durante esta campaña

Cuando apenas acaba de comenzar la campaña de recogida de la resina, que se prolongará hasta el mes de noviembre aproximadamente, la empresa Resinas Naturales, con planta en el polígono de Villa y Tierra de Cuéllar, espera un incremento de un 25% más de producción con respecto a la última campaña cerrada. Así lo señaló Francisco Revilla, director general de la Sociedad, que destacó que al cierre de esta campaña se espera superar la cifra de los seis millones de kilogramos.

Ligado a este aumento, se espera también un incremento de empleo, una incorporación aproximada de un centenar de personas en esta campaña, en su mayoría resineros, aunque también hay que tener en cuenta que con ellos se suman otros empleos indirectos. Además, desde Resinas Naturales se están realizando contrataciones para la planta nueva de Almazán y, si las expectativas de crecimiento y ampliación de las instalaciones, tanto en la provincia de Soria como en la de Segovia, se hicieran realidad, los datos continuarían aumentando.

La empresa llegó a Cuéllar en el año 2010, donde puso en marcha sus instalaciones prácticamente de cero, recuperando un oficio que se encontraba casi perdido en la zona, a excepción de algunos puntos como Zarzuela del Pinar. Ahora son muchos los vecinos de Cuéllar y de toda la comarca que han recuperado la resinación y que venden su producción a Resinas Naturales, que ya supera el medio millar de empleos indirectos, principalmente resineros y el grueso de ellos en la provincia de Segovia, aunque la cifra también aumenta tras su implantación en Soria el año pasado. El número de empleos fijos en las dos fábricas ubicadas en la región supera los 50, y también podría ir creciendo tal y como marcan los planes de ampliación de la industria.

Aunque en Cuéllar han existido problemas para la ampliación, pendiente de una doble permuta, pero desde la empresa, esperan que todo siga su ritmo, aunque rechazan manifestarse sobre el tema, y centrarse en una nueva campaña, la quinta que se desarrolla en la zona, y en dar cobertura a los cientos de resineros de la comarca que llevan desde hace meses preparando sus pinos para ahora comenzar a recoger sus frutos.

Futuro

La empresa, dedicada a la fabricación y comercialización de productos derivados de la resina de pino, desarrolla en Cuéllar el proceso básico: la destilación de la miera que se recoge en el pinar y desde la que se extrae el aguarrás por un lado y la resina por otro. Sin embargo se espera año tras año aumentar la producción, lo que se está consiguiendo también gracias a la puesta en marcha de la planta de Almazán y la suma de la resinación de la zona soriana. En principio, el centro receptor y la fábrica de exportación continúan su trabajo en Cuéllar, donde existe un plan de expansión y una ampliación de las instalaciones para elaborar derivados de la colofonia y el aguarrás, dando un valor añadido a estos productos, con lo que se conseguiría la consolidación final de la fábrica instalada en el municipio.

Desde la dirección de Resinas Naturales se confía en alcanzar próximamente la producción de treinta millones de kilos, lo que equivaldría al 2% de la resina que se produce en el mundo y un 10% del consumo de Europa. Un elevado porcentaje de la producción que se obtiene en la región a partir de la recogía de resina se destina a la exportación, principalmente a Europa y América.

Aunque los planes de expansión no cesan y la industria espera continuar creciendo año tras año, en estos momentos se encuentra inmersa en el desarrollo de esta campaña, que, si todo transcurre con normalidad, cerrará su recogida a finales de noviembre o principios de diciembre.

La empresa Resinas Naturales celebra cada año en el último mes una fiesta fin de campaña, donde ya se contará con todos los datos actualizados y se dará a conocer si las previsiones han sido correctas y se puede seguir contando con un crecimiento que viene siendo progresivo desde el año 2010, cuando se empezó desde cero, o el año 2011, cuando se cerró la primera campaña con apenas un millón de kilos de miera recogidos, tras unos duros inicios marcados por las dificultades de la climatología, el estado de los árboles y la escasez de profesionales de la resinación.