
Miguel ángel lopez
Domingo, 13 de julio 2014, 13:24
Para los tres socios de la librería-café Intempestivos, la apertura del negocio en la calle de Teodosio el Grande es una apuesta por el cambio de vida a que se han visto forzados. Carlos Olmos, su hermano Jesús y la esposa de este, Judith Pérez, pasaron a estar en las listas del paro y, ante las escasas perspectivas de encontrar empleo, decidieron abrir esta librería para vender literatura y ofrecer a la vez a los clientes la posibilidad de tomar un café, un vino o una cerveza.
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Carlos Olmos explica que el establecimiento, situado en un entorno monumental, al lado del Acueducto, nace como una librería generalista, dedicada a la literatura de todo tipo y para todos los públicos, fudamentalmente narrativa, y también teatro, libros para niños y publicaciones útiles que ahora demanda el público, como los libros de autoayuda. «Queremos que sea un espacio vivo, no solo una tienda donde se venden libros y se puede tomar un café. A partir de septiembre tenemos previsto realizar actividades cada quince días como mínimo, como exposiciones, presentaciones, talleres de lectura o cuenta-cuentos para niños», señala.
Los primeros pasos están dados. «Con cariño, mucho trabajo y la ayuda del públicos esperamos salir adelante», dice Olmos.
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