Tiempo de cerezas en la Sierra de Francia

Tiempo de cerezas en la Sierra de Francia pero, este año, con una producción mucho menor a campañas anteriores debido, principalmente, a dos motivos: a que los agricultores no pudieron salir al campo, por el confinamiento, a tratar los cerezos cuando estaban en flor, lo que hizo que le entraran enfermedades y no dieran fruto; y después, a las lluvias caídas cuando ya había cerezas, muchas de las cuales se rajaron o, incluso, se pudrieron.

Y si la producción ha disminuido en todos los pueblos, también se han reducido los precios a los que se han pagado las cerezas.

Joaquín Camaces, presidente de la Cooperativa Hortofrutícola de Sotoserrano (Cofruso), señala que la producción «un año normal es de 400.000 kilos para arriba y este año no llegaremos a los 100.000»; a día de ayer se habían cogido unos 50.000 kilos de industria y unos 11.000 de plaza, de la variedad corazón serrano.

La reducción en Sotoserrano se ha debido al ataque de la monilla, por no poder 'curar' los cerezos durante el confinamiento «y eso que propuse a la Subdelegación del Gobierno coordinar con la Guardia Civil los tratamientos para que los socios pudieran salir al campo», matiza Camaces, quien afirma que no consiguieron nada. Después, «toda la bourlat se rajó y parte de la corazón serrano de tanto llover», apostilla el presidente de Cofruso, que añade que «la de industria se pudo salvar, pero hay muy poca».

Respecto a la venta, Cofruso tiene vendida toda la de producción, «la de industria a la fábrica Helios y la de plaza se va para el Valle del Jerte, donde se encargan de clasificarla», explica Camaces, quien considera que el precio conseguido para la de plaza «no está mal, aunque está bajando según pasan los días». La de fábrica se ha pagado a 0,74 euros/kilo; «seis céntimos menos que el año pasado», pero es comprensible porque «la cereza de industria va a la hostelería y la fábrica tiene mucho stock en sus almacenes por el confinamiento, otros años les quedaban unos 100.000 kilos en estas fechas y ahora tienen 500.000».

Ante la situación actual y todo lo que ha pasado, Camaces reclama a las administraciones que ayuden a la agricultura porque sino «en la Sierra de Francia desaparecerá». «Aquí la mayoría de los agricultores son a título parcial, necesitan de otro trabajo para poder subsistir, hay muy pocos a título principal», explica. Además, solicita que les envíen algún técnico que les diga cómo actuar ante las distintas plagas que afectan a los cultivos, ya que la cooperativa comercializa cerezas, uvas, aceitunas y ciruelas; de esta forma, «todo sería más ecológico porque se les daría el tratamiento correcto».

En Madroñal, el presidente de la cooperativa Cofruma, Ángel Rodríguez, comenta que aún no puede hacer una previsión de los kilos que se recolectarán en esta campaña ya que no acabarán hasta finales de este mes, no obstante afirma que si otros años se cogían al día entre 3.500 y 4.000 kilos de cereza de plaza, este año está por los 1.800-2.000 kilos/día, por lo que considera que la producción será la mitad que años anteriores. Y califica la campaña como «mala» porque la lluvia ha dejado mucho fruto podrido, que unido a todo el que no ha nacido debido a que no se pudieron tratar los cerezos cuando estaban en flor, hace que la producción haya caído. Y el hecho de que haya cerezas podridas en el árbol obliga a ir escogiendo el fruto, por lo que se tarda más tiempo.

Sobre los precios, Rodríguez comenta que la cereza de plaza ha sido vendida a un portugués y el precio ha sido bueno; no así lo conseguido por la cereza de fábrica, por la que este año «nos han pagado entre seis y ocho céntimos menos que el año pasado, a 0,74 euros el kilo». Esta cereza ha sido comprada, como en otros pueblos de la Sierra de Francia, por Espagry Ibérica.

Rodríguez se queja de que la «Junta de Castilla y León no se preocupa nada de nuestra situación, como lo hace la de Extremadura con sus agricultores» y reclama más apoyo, en años como éste, «en el que ha atacado mucho la mosca suzuki».

En Herguijuela de la Sierra, Pablo Sánchez Guinaldo, presidente de la Cooperativa Monte Carmelo, explica que «como no nos han dejado salir a tratar los árboles, bastantes cerezos están dañados por el hongo esmoteado y esas cerezas no se pueden coger»; a lo que se une que «la lluvia ha estropeado casi toda la cereza temprana y la california que viene detrás», por lo que «este año hay poca cantidad».

Aunque no se ha acabado la campaña y no se puede saber la cantidad final que se meterá en la cooperativa, calcula que la producción será «la mitad que el año pasado e incluso menos». Respecto a la calidad, es «buena» y ya tienen toda la producción vendida, tanto la de fábrica como la de plaza. «El precio de la cereza de fábrica este año ha bajado por la covid-19, ya que es la que se utiliza para tartas, para los mostos en la hostelería... y hay un gran stock en las fábricas», explica Sánchez; mientras que «la cereza de plaza está teniendo un buen precio, ésta depende de su calibre y según está entrando más cereza en el mercado, baja su precio». Por ejemplo, la de calibre pequeño (la 22) se ha vendido a un euro los primeros días. El destino de la cereza de Herguijuela de la Sierra es el mismo que en campañas anteriores: Valladolid, las de fábrica; mientras que las de plaza se van fuera de la Comunidad.

En Santibáñez de la Sierra, Manuel de Arriba, presidente de la cooperativa explica que allí la reducción no ha sido tan importante como en otros pueblos, ya que el pasado año la producción fue algo mayor de 60.000 kilos y este año esperan llegar a los 50.000 kilos; y es que la lluvia apenas les ha afectado, porque aunque ha rajado la cereza temprana, «en Santibáñez de la Sierra tenemos poca»; sin embargo, si se han visto afectados por enfermedades como el cribado y la monilla por no poder tratar los cerezos en su tiempo.

Los precios conseguidos por esta cooperativa son «8 céntimos menos que el año pasado para la de fábrica, es decir, 0,70 euros/kg». El motivo es que la empresa que «nos compra la cereza desde hace unos 25 años, Espagry Ibérica, de Malpartida de Plasencia (Cáceres), exporta este producto a Estados Unidos y este año no puedo hacerlo por las restricciones y aranceles que Donald Trump ha impuesto».

Una situación muy similar es la de Garcibuey, donde el presidente de la cooperativa, Manuel Mata, indica que ellos recogen sólo la cereza de fábrica y este año la producción ha descendido en torno al 20-25%; «el año pasado cogimos unos 85.000 kilos y este año calculo que se podrán coger entre 50 y 60.000 kilos». En este pueblo, la lluvia se llevó la cereza temprana, pero «la de fábrica, que es la que recogemos está bien»; lo peor es que el precio es 10 céntimos más bajo que en 2019, 0,65 euros.