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A. P. Alencart en la entrada del Edificio Histórico de la Usal Alencart. JOSÉ AMADOR MARTÍN

«Ocho siglos de Universidad bien se merecen un perdurable tributo lírico»

Alfredo Pérez Alencart- Poeta y profesor de la USAL ·

Las universidades de Salamanca y San Marcos de Lima serán homenajeadas en el XXI Encuentro de Poetas Iberoamericanos

Mauricio Cifuentes

SALAMANCA

Martes, 28 de agosto 2018, 11:41

Otra edición y ya suman veintiún octubres seguidos que la ciudad de Salamanca acoge su prestigioso Encuentro de Poetas Iberoamericanos, organizado por la Fundación Salamanca Ciudad de Cultura y Saberes, bajo la coordinación del profesor Alfredo Pérez Alencart, poeta de referencia internacional, ampliamente traducido a numerosos idiomas y muy orgulloso de ser peruano y salmantino al mismo tiempo.

-Este año ha tocado homenajear a su propia universidad. ¿Supongo que le llena de satisfacción?

-Estoy conmovido por este privilegio. Lo cierto es que la idea surgió del propio alcalde de la ciudad, Alfonso Fernández Mañueco, y de Julio López, concejal encargado del área de Cultura del Ayuntamiento, ambos ex alumnos de la Usal. Me lo sugirieron y claro que la adopté de inmediato, entrañándola a más no poder. Nunca he usado la coordinación de estos encuentros para intereses o apetencias propias, porque siempre he tenido presente que los recursos públicos deben estar al margen de los gustos personales. Volviendo a su pregunta, le diré que esta sugerencia me está permitiendo saldar parte de la inmensa deuda sentimental que tengo hacia la Universidad de Salamanca y hacia algunos profesores que, cuando llegué aquí se mostraron en extremo generosos con un meteco de la otra orilla del idioma.

-¿Qué nos puede decir del homenaje complementario a la Universidad de San Marcos de Lima? ¿Es esta su primera Alma Máter?

- Tenga presente que estos encuentros siempre ha sido referencia iberoamericana, con cientos de poetas de la otra orilla que aquí se han conocido y han dejado sus versos conjuntamente con poetas españoles y portugueses. Al tener esa conexión primigenia hacia la América hispana y portuguesa, entendí que era el momento de rendir homenaje a la primera 'hija' directa de la Universidad de Salamanca, la Universidad nacional Mayor de San Marcos, fundada en Lima en 1551 siguiendo los Estatutos del Estudio salmanticense. No es un homenaje complementario sino conjunto, como si fueran una madre y una hija indesligables. Y al ser un encuentro de poetas, se ha buscado como referencias a dos poetas vinculados cada uno a su propia universidad. También debo decirle que no es mi Alma Máter, pues yo estudié Derecho en la Universidad de San Martín de Porres. Desde entonces guardo estrecha amistad con uno de mis profesores, el belga-peruano Johan Leuridan Huys, hoy decano de la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de dicha casa de estudios.

-Es cierto, háblenos del por qué eligió a Torres Villarroel, de quien no sabía que era poeta; y también de Alejandro Romualdo, poco conocido ante otros nombres de la poesía peruana.

- Tiene razón, y me alegra su pregunta. Si de algo se pueden preciar los encuentros de poetas Iberoamericanos es que nunca se ha sumado a la moda del relumbrón, propio de épocas donde el talonario era la carta de presentación de cualquier festival. Nosotros, ni en época de vacas gordas, quisimos estar a ese nivel. Lo nuestro es más modesto pero rebosante de credibilidad. Homenajeamos al chileno Gonzalo Rojas antes siquiera que en su país le concedieran el Premio Nacional. Luego le dieron el Reina Sofía, el Octavio Paz, el José Hernández, el Cervantes… De modo semejante sucedió con el mexicano José Emilio Pacheco y otros. Con esto quiero explicar que buscamos 'descubrir' a autores que, por uno u otro motivo, están al margen del canon facilón. El año pasado, por ejemplo, rendimos tributo a otro poeta de los márgenes, como el salmantino Aníbal Núñez, treinta años después de su fallecimiento. Su obra, con tal homenaje, ha llegado con fuerza a muchos países de América, gracias a los poetas que aquí se embelesaron con alta calidad de sus versos. Por ejemplo, la boliviana Paura Rodríguez Leyton publicó una selección de su obra en una muy difundida revista mexicana.

Entrando de lleno a su pregunta, déjeme decirle que por Salamanca ya habíamos hecho los homenajes a la poesía de Fray Luis de León y de Miguel de Unamuno. Por ello, hurgué en los escritos de Diego de Torres Villarroel y 'descubrí' una poesía casi desconocida para el vulgo. Tiene una obra mejor que muchos que se dicen 'poetas'. Claro que parte de una veta irónica o sarcástica, pero también tiene anclajes amorosos y políticos. Estimo que la mínima muestra que incluiremos en la antología general servirá para que se empiece a rescatar su figura desde el plano poético y no solo como personaje peculiar y heterodoxo del siglo dieciocho salmantino.

–¿Y Alejandro Romualdo?

- Es, desde mi punto de vista, el más grande poeta peruano después de Vallejo. Falleció en 2008 y tenía una profunda religación con España en general y con Salamanca en especial. Cierto que mi patria primera tiene poetas de muy alto nivel, como Emilio Adolfo Westphalen, a quien invité a Salamanca en 1991 y a quien mucho admiré como poeta y como persona. También están Watanabe, Sologuren, Belli, Cisneros, Rose, Verástegui, Hinostroza, Blanca Varela, Martín Adán, Moro, Eielson, Oquendo de Amat, Corcuera, César Calvo. Pero debía buscar a un poeta que hubiera estudiado en San Marcos y Romualdo encajó a la perfección; más aún porque también está en los márgenes de la 'fama' y de los circuitos académicos. Debo decir, para atenuar esta afirmación última, que ya en 1998 Carmen Ruiz Barrionuevo, prestigiosa catedrática de Literatura Hispanoamericana de la Usal, escribió un profundo ensayo sobre la poesía de Romualdo.

–¿Cómo lleva la antología del encuentro, que ha titulado «Por ocho centurias»?

-Ocho siglos de Universidad bien se merecen un perdurable tributo lírico. Tengan por seguro que en esta antología los lectores encontrarán una magna sinfonía de voces y acentos dedicados a las universidades homenajeadas, poemas citando versos de Torres Villarroel y Romualdo, pero también textos dedicados a Fray Luis, Unamuno, Nebrija, Bartolomé de las Casas, Aníbal Núñez y otros, pues todos ellos conforman el magma de la Universidad.

–¿Nos puede adelantar el número de poetas que estarán en los actos o en la antología?

-Prefiero reservarme el número exacto, pues todavía están llegando aportes para la misma. Pero puedo adelantarle que serán más de cien autores de casi todos los países iberoamericanos, contando España y Portugal, pero también Israel, Italia, Croacia, Rumanía y otros, todos con textos inéditos.

- Sabemos que Miguel Elías ha hecho la pintura que presidirá la antología y el cartel del encuentro…

- …Así es. Miguel Elías es un notable pintor, además de amigo-hermano y profesor de la Universidad de Salamanca. Ha pintado una obra llamada a ser referencia de aquí en adelante.

-¿Tiene algo que añadir?

- Podría seguir hablando de este encargo directo al corazón. Pero prefiero esperar a que termine la antología y culminé el encuentro, para hacer un balance entre lo previsto y el resultado final. Lo que sí podría darle como adelanto es que estoy ultimando un volumen con mis poemas dedicados a la Universidad y a sus personajes. Se titulará «Gaudeamus» y también se presentará con motivo el XXI Encuentro y del VIII Centenario de la Usal.

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