Mañueco aboga por eliminar el «injusto» impuesto de sucesiones

El presidente del Partido Popular de Castilla y León, Alfonso Fernández Mañueco, señaló ayer que «es fundamental apoyar al Partido Popular» para eliminar el «injusto» Impuesto de Sucesiones y Donaciones, puesto que su formación es la que «realmente quiere bajar los impuestos, eliminar algunos como el de sucesiones, y hacerlo compatible con la gestión eficaz de los servicios públicos y con lealtad a España».

Mañueco reiteró así su decisión de eliminar el impuesto de sucesiones por considerarlo como algo «bueno para Castilla y León» porque «favorece el crecimiento económico y la creación de empleo» y para que permita que «ese esfuerzo, sacrificio y ahorro que han generado padres y madres, se lo puedan entregar a sus hijos».

Esa supresión de un impuesto por el que Castilla y León recauda «menos de 200 millones de euros» se realizaría a través de la bonificación del 99% del tramo entre familiares, puesto que se trata de «un impuesto de titularidad estatal transferido a las Comunidades Autónomas».

Acompañó a Fernández Mañueco durante su comparecencia ante los medios una representación de la plataforma ciudadana 'Stop Sucesiones' encabezada por su presidente nacional, Eligio Taboada, quien agradeció al presidente del PPCyL su «sensibilidad para la eliminación del impuesto de sucesiones» que «nace de la ciudadanía».

Y es que, según Taboada, «el 10% de la población renuncia a su legítima herencia en Castilla y León», algo que «no se puede permitir», y que crece «hasta el 40 por ciento de la población» en cuanto a «afectados por el impuesto de sucesiones» al sumar «personas que están en procesos abiertos y otras que han liquidado esos procesos».

«Venimos a mostrar el sufrimiento de las personas endeudadas por el impuesto de sucesiones», entre las que se encuentra «la mayor endeudada» por esta carga fiscal de España, Paloma Alonso, quien aseguró que lleva «14 años sufriendo el impuesto en primera persona, sin un futuro y con una mochila que cada día pesa más», puesto que «el impuesto aumenta» de los 600.000 euros iniciales a los 1,3 millones actuales y, por ello, afirma que no puede «rehacer» su vida «solo por el hecho de perder a un padre».