Una jornada lluviosa pone fin a 'Los 1.000 otoños en Salamanca' en Candelario

Una jornada lluviosa, y que contó con 69 participantes, ponía ayer fin al programa 'Los 1.000 otoños de Salamanca' promovido por la Diputación. En esta ocasión el destino fue la villa de Candelario, donde se inició la actividad con una ruta senderista hasta Puente Nuevo donde pudieron ver una «espectacular cascada debajo del puente sobre el río Cuerpo de Hombre», explica uno de los organizadores, quien indica que la lluvia no fue impedimento para realizar la caminata.

A la vuelta a Candelario, realizaron una visita al pueblo acompañados de una vecina que les mostró y les explicó la iglesia, donde un músico con su acordeón interpretó varias piezas a lo largo de la mañana; en la que también se contó con visita teatralizada y explicativa sobre las costumbres del municipio, las construcciones y la importancia de la fotografía a principios del siglo XX para dar a conocer todos estos pueblos. Además, un fotógrafo de la época con su trípode y cámara retrató a los candelarienses y visitantes.

Como fin de la jornada se invitó a todos los asistentes a una degustación de chichas y una cata de vino en el Casino, para finalizar en la ermita del Humilladero bajo una agradable lluvia.

Concluido el programa, el sentido general tanto de participantes como de organizadores fue de satisfacción, aunque algunos señalaban haberle «sabido a poco», y muchos de ellos afirmaban haber participado en más de una jornada.

El hecho de completarse todas las inscripciones a los pocos minutos de abrirse cada semana el plazo, quedando un buen número de personas en lista de espera, da una idea del éxito del programa 'Los 1.000 otoños de Salamanca' durante la presente edición, en la que los asistentes a la jornada de ayer felicitaban a la organización por su dedicación, cercanía y calidad humana; así como el buen hacer en cada una de las intervenciones.

Pero si hay que poner un 'pero' a las actividades, este ha sido la corta duración de las mismas, ya que tenían salida a las nueve de la mañana de Salamanca y partían a las dos del municipio en cuestión, por lo que algunos señalaron que había sido «poco tiempo».