La Alberca y su arquitectura vistas a escala
Cristino Guijo González ·
Jubilado y voluntario de la Cruz Roja, este bejarano se enamoró de las construcciones del municipio y las ha reproducidoManuel Laya
SALAMANCA
Lunes, 21 de junio 2021, 10:34
La arquitectura de la Sierra de Francia es uno de los grandes atractivos de la provincia de Salamanca. Son estas construcciones tan características las que enamoraron a Cristino Guijo González, un bejarano que en su jubilación se ha asentado en La Alberca, donde veraneaba antaño. Hace 16 años, paseando por La Alberca se fijó con detenimiento en una de las fachadas y ahí decidió que quería hacer una maqueta reproduciendo esa construcción y se dijo a sí mismo «la tengo que hacer tal cual es».
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Hoy, Cristino es voluntario de la Cruz Roja y dedica su tiempo libre a ayudar a los demás, pero hace unos años su vía de escape después del trabajo era la construcción de maquetas de edificios, todos ellos reproducciones de edificaciones de La Alberca, algunos en su poder y otros regalados, le han ayudado a pasar las horas disfrutando de su pasión. Su pasado trabajando en un estudio de arquitectura y en los talleres de una joyería le ayudaron a crear su obra de una manera muy «perfeccionista», algo que le debe en gran parte a su suegro.
En el trastero de su casa en Salamanca montó un pequeño taller, «yo llegaba de trabajar y me ponía con mis maquetas y sin querer muchos días llegaba la medianoche haciendo cosas. Era mi pasión, llegaba y bajaba al trastero y lo disfrutaba mucho» nos cuenta Guijo. Una pasión que según describe «engancha mucho, ves cómo va creciendo la obra, salvo cuando había alguna cosa que estaba mal hecha y tocaba deshacerla, cómo va creciendo y evolucionando». Una pasión que le exigía tanta preparación como horas de modelaje, «intenté documentarme mucho, tengo cientos de fotos de cada casa, cada lugar, cada detalle, y eso que antes las fotos se hacían con cámaras de carrete». Para poder alcanzar la perfección que tienen muchas de sus obras, Cristino Guijo, tuvo que ver y revisar las casas originales decenas de veces como nos cuenta «cuando se quiere hacer una de estas maquetas hay que hacer antes un trabajo de campo, muchas fotografías para poder observar bien todos los detalles. Yo vivía en Salamanca cuando empecé con esto y me tocaba volver a La Alberca varias veces solo por algún pequeño detalle que no me encajaba. Como está hecho a escala hay que hacer mediciones constantemente». Tanta es la precisión, que Cristino asegura que «si las maquetas se volvieran de verdad por arte de magia, serían útiles porque son totalmente funcionales en cada una de sus partes».
Todas las casas que ha reproducido de La Alberca son muy reconocibles, incluso la suya propia, «he ido construyendo los edificios que me llamaban la atención, el primero que hice fue el edificio del restaurante de la Catedral y luego el Ayuntamiento de La Alberca. Me gustó mucho el tema de la cárcel y las flores y por ahí empecé». No se podría cuantificar en tiempo las horas que ha invertido en cada maqueta, bien porque no ha sido una dedicación exclusiva y constante y porque muchas las dejó y retomó varias veces hasta que consiguió esa línea de realidad que el mismo se exigía, «la casa más grande me llevó más de un año, pero no podría contabilizarlo en tiempo porque no todas las semanas, ni todos los días, tenía tiempo para hacer cosas».
El modelismo, como recuerda Guijo, «es una labor que exige continuidad, hay que estar muy pendiente de todos los detalles que tiene cada lugar, sobre todo los detalles que tiene cada casa para dejarlo lo más realista posible». Puede que haya gente que cuando vea sus obras note algunos cambios con respecto a la actualidad y es que las maquetas de Cristino están realizadas según eran en el momento que las construyó, «el Ayuntamiento hoy en día tiene cuatro banderas, cuando yo lo hice solo tenía tres, hay cosas que cambian con el tiempo, pero no modifico la maqueta».
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Cuando Guijo elegía un proyecto comenzaba a escoger todos los elementos que están a tu disposición, madera, piedra, … «lo único que no he hecho yo son las tejas porque no tenía un horno para hacerlas y contacté con una fábrica que las hacía, las mismas que hay aquí en La Alberca», matiza el bejarano.
Si nos fijamos con detalle en sus casas podemos observar sillas hechas con palillos, cazos realizados con chinchetas, canalones de agua realizados con pajitas, flores realizadas con espuma pintada para darle más realismo. Una balanza hecha con una punta y los jamones, mezcla de madera y fotos de unos auténticos a escala para darle más realismo en su tratamiento. Es una obra trabajada y pensada al detalle como cuando trabajaba en el estudio de arquitectura. Si bien muchas veces ha tenido que tirar de ingenio, «es imaginación, es buscar la forma de hacer algo que cuando lo ves te recuerde a la realidad».
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Por desgracia, su obra no se puede mostrar más de lo necesario, ya que las maquetas son de difícil manejo, pesan mucho y cada vez que se mueven se deterioran, Guijo reconoce que «uno tiene miedo a que se deteriore». Muchas de sus fachadas tienen un respaldo de yeso que al moverlas se agrieta y deteriora.
Hubo una época en la Cristino se planteó retomar la construcción de maquetas y hacer «casitas de tipo hurdano» aunque en estos instantes se ha alejado un poco de su taller para realizar acciones sociales. En La Alberca y de manera anónima, como Cristino Guijo, hay muchos artistas que dejan asombrados a sus vecinos.
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