Los expertos descartan la sustitución del medallón de Franco por otra efigie
Cecilia Hernández
Miércoles, 22 de marzo 2017, 11:20
Retirar el medallón de Franco de la Plaza Mayor tendrá un coste aproximado de 4.500 euros y de una semana de trabajo. Así lo expresa el arquitecto técnico y especialista en arquitectura monumental, Jesús García Maldonado en el informe elaborado para el Ayuntamiento de Salamanca sobre esta cuestión, que ayer el equipo de Gobierno entregó a los grupos en la oposición. Un documento, fechado a 10 de febrero, que servirá de guía y soporte para la eliminación de la efigie y su posterior traslado al lugar que se determine al efecto.
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García Maldonado propone, asimismo, que el medallón no sea sustituido con ningún otro elemento, sino que se deje tal cual la «cartela de placa recortada» que estaba en ese lugar desde el año 1770, «cuando se interviene sobre los arcos del rincón noreste», época en la que, según el experto «se tomó la decisión de no dejar medalla». Decisión que se contravino en 1937 con la instalación de la efigie a mayor gloria de Francisco Franco.
Y es que, señala Maldonado en su informe, la cartela, por tanto, es un «elemento histórico y original» desde esa fecha, que «formaba parte y composición como tal del programa iconográfico de la Plaza Mayor». Un espacio que fue modificado «tan sólo» cuando se insertó el medallón, incluyendo la inscripción alusiva que tuvo que adaptarse para que cupiera en ese espacio, y retocando, con probabilidad, su lado derecho superior.
Por lo tanto, para el especialista y «a la vista de la investigación, razonamientos y conclusiones expresadas», la intervención sobre el medallón de Franco para proceder a su retirada consistirá solamente en «la extracción del bloque monolítico donde se talló la efigie y en la recomposición de la zona de cartela afectada para reponer su estado histórico».
En concreto, Jesús García Maldonado propone la retirada tan sólo de la pieza de piedra que contiene el medallón, «tal cual está en la actualidad, con sus signos evidentes de golpes y agresiones, y su superficie impregnada de las sucesivas capas de protección aplicadas, valores integrantes y significativos de su evolución y trato histórico».
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A continuación, el arquitecto plantea la reposición del hueco dejado a través de piedras de Villamayor «que sigan el aparejo de la fábrica» y el repicado de la inscripción inferior de la cartela, «con rebaje de la superficie de la piedra en unos tres o cuatro centímetros». Finalmente, se trasladaría el medallón al lugar determinado para su depósito, que, si se cumple lo previsto, será el Centro Documental de la Memoria Histórica. En este sentido, Maldonado solicita que, antes de comenzar los trabajos, se sepa a qué lugar se va a trasladar el medallón.
De 1729 a 1756
Esta propuesta de Jesús García Maldonado enlaza directamente con los avatares de construcción de la Plaza Mayor en el siglo XVIII. En la primera fase, se levantó el Pabellón Real, donde se encuentra el medallón, y el pabellón de San Martín. Esto sucedió entre los años 1729 y 1735. A partir de esa fecha, y durante quince años, las obras se paralizaron por discrepancias de la autoridad con los vecinos cuyas casas tenían que ser expropiadas en los terrenos que hoy ocupan el pabellón de Petrineros y el pabellón Consistorial. Finalmente, estos pabellones se construyeron entre 1750 y 1756, completándose el cierre de la Plaza en abril de 1755, con la unión de los lienzos Consistorial y Real, justo en el lugar en el que se encuentra el medallón de Franco.
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Así lo relata el aparejador en su informe, en el que destaca que esa unión de pabellones producida en 1755 conllevó que el arco construido ese año «no apeara» sobre el erigido 22 años antes, ya que son diferentes «y era lógico mantener su independencia, y, simplemente, con buen criterio, «se adosó a él con igual sección y decoración». Problemas constructivos en los arcos de esta esquina de la Plaza Mayor, con salida hacia la calle Toro y hacia la plaza del Mercado, hicieron que en 1770 se procediera a una reforma.
A partir de aquí, García Maldonado se remite a fotografías antiguas en las que, con mayor o menor definición, se observa sin problemas cómo, en ese concreto lugar en el que se unen dos pabellones de la Plaza Mayor, no existió nunca ningún medallón ni efigie conmemorativa, tan sólo un relieve en forma de cartela que fue adaptado para situar el medallón de Franco y la inscripción alusiva en 1937.
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Un elemento que, destaca el especialista, está muy deteriorado y alterado por las muchas agresiones sufridas y de las posteriores restauraciones. «La efigie realmente no es identificable y tanto el medallón como su entorno tienen un color irreal producido por las múltiples capas de barnices y protectores», afirma. De igual modo, Maldonado manifiesta que el medallón, esculpido en taller, fue colocado en su ubicación actual «insertándolo sobre un nicho previamente preparado en la enjuta de los arcos, lo que implicó la retirada de sillares de piedra preexistentes».
Para su retirada propone un vallado de cinco metros alrededor de la zona. Los primeros trabajos irán destinados a delimitar el bloque de piedra que contiene el medallón, dado que la actual capa de pintura y barnices impide ver las juntas entre las piezas de piedra. Esta tarea se realizará con pequeños cepillos metálicos.
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Esculpido en Bilbao
A partir de aquí, llegará lo más complicado porque, advierte García Maldonado en su informe, no será fácil retirar «una pieza encastrada que pesa en torno a 500 kilogramos, y sin producir daño alguno». Pieza, a todo esto, que salió de las manos del escultor Moisés de Huerta y Ayuso, quien tuvo que seguir, por indicación del Ayuntamiento, el modelo preparado por Aniceto Marinas García, que incorporaba elementos a mayor gloria de Franco, como la banda y las hojas de laurel. Así lo recoge el informe de Maldonado, en referencia a su vez al infome del profesor Antonio Casaseca que se presentó en la Comisión Territorial de Patrimonio. El medallón como tal fue esculpido en el taller de Huerta en Bilbao y entregado por el propio escultor el 16 de diciembre de 1937.
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