El Voluntariado Ambiental apuesta por el cauce del Tormes en Almenara

La Fundación Biodiversidad, Decathlon y la Fundación Tormes-EB se han unido para llevar a cabo una actividad piloto de Voluntariado Ambiental, que se ha desarrollado el pasado domingo en Almenara de Tormes y que ha permitido que 25 voluntarios trabajaran en la mejora del cauce del río Tormes.

Voluntarios que, según manifiesta a este periódico Rebeca Martín Castilla, técnico de la Fundación Tormes-EB, eran universitarios procedentes de Castilla y León, la mayoría estudiantes de la Universidad de Salamanca, que se habían apuntado a una convocatoria abierta realizada a través de una plataforma. «De hecho, ha habido gente que se ha quedado fuera porque se cubrieron las plazas rapidísimamente», señala Martín. En este caso estaba abierta también a menores acompañados de adultos, pero no llegó a participar ninguno.

El único requisito que se pedía era «ganas de participar y una mínima agilidad o movilidad para movernos por el espacio natural».

El resultado de esta convocatoria de Voluntariado Ambiental no pudo ser más satisfactoria, por lo que posiblemente Decathlon vuelva a unirse a las dos fundaciones para realizar más actividades de este tipo. Y es que las inclemencias meteorológicas del domingo -no dejaba de llover- no fue impedimento para la plantación de diversos ejemplares de árboles y arbustos como fresnos, alisos, endrinos, majuelos y rosas caninas que mejoran la diversidad del entorno fluvial.

Asimismo, se fabricaron cajas nidos para aves paseriformes y bombas de semillas siguiendo el método Nendo Dango para realizar la siembra de diferentes especies autóctonas. La jornada culminó con actividades deportivas como tiro con arco y senderismo que permitió a los voluntarios disfrutar de forma sostenible del medio natural.

Por otro lado, señalar que la Fundación Tormes-EB continuará durante todos los fines de semana del mes de noviembre con su programa de voluntariado ambiental, que inició en el año 2008.

Sendas del Tormes

El objetivo en esta ocasión será dar a conocer y trabajar en los pueblos que están asociados al proyecto Sendas del Tormes, que abarca 17 municipios del Nordeste de Salamanca que «están vinculados a las riberas del Tormes y Cañedo, que es como se denomina el proyecto, y en esos pueblos queremos hacer pequeñas intervenciones para el fomento del turismo sostenible y para la mejora de las riberas que los atraviesan», adelanta Rebeca Martín.

Este voluntariado ambiental está abierto a todos los públicos pero lo que quieren es que participe la población local. «Queremos hacer un voluntariado que denominamos rural-urbano», ya que quieren dar a conocer a la gente de la capital los municipios y sus valores, a la vez vincular a la gente del propio territorio para fomentar su propia mejora y «crear un vínculo y una red de voluntarios que además sean los principales agentes que lo van a cuidar, lo van a controlar y vigilar».