La alegría de los más pequeños invade las calles de Pereña de la Ribera en sus fiestas

Las calles de Pereña de la Ribera eran, en la mañana de ayer, un río imparable de niños que, carrera arriba y abajo, llenaban cada rincón de alegría y ruido.

Detrás de ellos, sus padres, hermanos, primos, tíos y abuelos. Todos ellos con una sonrisa que les costaba disimular. Lo cierto es que tampoco lo intentaban, pues están en plena celebración de sus fiestas patronales y ver disfrutar así a los más pequeños es, sin duda, un motivo de felicidad, más aún si, poniendo atención, se descubre que los niños están tan contentos a la vez que descubren su propio pueblo (o el de su familia en el caso de los veraneantes).

Ytodo ello de la mano de los propios vecinos, que se han implicado completamente en la celebración de estas fiestas y, respondiendo a la llamada del Ayuntamiento, han colaborado en la elaboración de un sinfín de actividades.

Sin ir más lejos, durante la mañana de ayer organizaron una yincana que, dividiendo a los niños en varios grupos y en dos niveles de edad hicieron que estos se divirtieran a la vez que disfrutaban de su pueblo y lo conocían mejor de una manera muy original.

Los más pequeños, entre otras actividades, tenían que ir descubriendo sobres en diferentes lugares, siempre por los alrededores de la plaza, que contenían piezas de puzzles que tenían que reunir para completar. Pero a veces los sobres estaban escondidos y, para encontrarlos, tenían que preguntarles a un vecino o pedirle a otra habitante de Pereña que les dejara una silla para subirse a las alturas y recuperar la pieza que les faltaba. Ylos vecinos encantados, por supuesto.

Igual de encantados que con los pequeños estuvieron con los mayores y es que, para ellos, la yincana era un poco más complicada y consistía en ocho pruebas a lo largo de todo el pueblo que debían resolver interactuando directamente con los vecinos del mismo.

Desde pedirle a una vecina la tradicional receta del farinato a hacerse un selfie con Facundo Guerra, que a sus 92 años es de los más mayores del pueblo, pero que no dudó en participar de esta actividad. Conocer los oficios tradicionales que se desempeñaban en el pueblo, dónde estaban las tiendas y fábricas de otra época o preguntarle a los ancianos de la residencia sus motes de jóvenes eran otras de las pruebas que, una vez superadas, les daban derecho a obtener una pieza de un puzzle que, en el caso de los mayores, al completarlo dejaba ver un lugar emblemático del pueblo.

Al final, premios para todos en forma de chuches o refrescos, ya que lo importante en esta ocasión era divertirse y conocer mejor el pueblo.

Un pueblo cuyas calles tuvieron que recorrer, de nuevo a la carrera, con la salida de los dos carretones conducidos por Santos García Ciudad y Juan Carlos García Martín, quienes quisieron colaborar sacando estos particulares y caseros toros, que hacía años que no pisaban las calles de Pereña de la Ribera.

También volvieron a ver el sol de la localidad los cabezudos, a los que se encargaron de quitar el polvo varias jóvenes de las peñas Mix14 y Non Stop, quienes tampoco dudaron en colaborar con el nuevo Ayuntamiento para crear unas fiestas más inclusivas y divertidas.

La carrera con los carretones, que empezó en la plaza, acabó en el coso taurino de la localidad, donde los cabezudos también hicieron correr a grandes y pequeños mientras el tamborilero local, Pedro Chichas entonaba los sones más tradicionales de la zona y del folclore salmantino en general.

Sin duda una mañana cargada de diversión que continuó por la tarde con más carretones, esta vez de un grupo de animación que deja entrever cómo serán las fiestas de estos días: muy entretenidas. Desde el municipio, engalanado por todos para la ocasión, invitan a los foráneos a compartir esta alegría, aunque, visto lo visto, quizá una carrera les toque darse.

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