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Jorge Holguera Illera
Domingo, 21 de septiembre 2014, 12:47
Hay costumbres, hábitos y tradiciones que van quedando atrás, relegadas en el tiempo. Esto sucede hasta que el empeño de una persona que ha sido parte de ellas se preocupa de avivarlas. Éste es el caso del cantaor Reyes Galocha, un hijo de Cantalapiedra que de niño y hasta los 22 años aproximadamente bebió de la fuente del cante y la copla que se creaba en Cantalapiedra por doquier. Especialmente en el seno de su familia, los Galocha.
En casa de los Galocha, conocidos así por su bonito apellido, siempre ha habido buenos cantantes, explica Reyes Galocha. Este artista, con residencia en el barrio del Carmelo en Barcelona, recuerda especialmente «la sabiduría de cante»que tiene su tío Carlos, además de su tío Cecilio y que tenían su abuelo y su bisabuelo.
Las frecuentes reuniones familiares con sus primos, abuelos y tíos en Cantalapiedra, así como el alterne por los bares de esta localidad, donde era frecuente el cante popular, dieron de sí uno de los alicientes que condujeron a este artista hacia el camino de su actual profesión.
Reyes Galocha es cantaor y estas fiestas lo ha demostrado en Cantalapiedra, en el programa que elaboró la carpa de Horno Canalejas.
El toque del cante de Reyes Galocha se ve enriquecido en las ciudades de Córdoba y Barcelona. La primera, por ser la cuna de su padre, y la segunda, por ser la ciudad de su residencia.
Reyes Galocha siempre ha vivido a caballo entre Cantalapiedra, Córdoba y Barcelona. De Córdoba destaca la pureza del cante y la intensidad gitana de la ciudad; y de Barcelona, la riqueza cultural que se respira.
En Cantalapiedra, los Galocha siempre han vivido en el barrio Girón, un barrio muy cercano y en el que los vecinos se han sentido una gran familia. Muestra de ello es la fiesta que las gentes de este barrio han hecho este año por segunda vez. Esta unión vecinal se une a la familiar, más sólida por el hecho de que los abuelos de Reyes Galocha eran primos hermanos.
Trayectoria
Reyes Galocha explica que su cante es principalmente heredado de su familia y que, a partir de ahí, se ha ido formando de manera autodidacta. Canta con caja o sin ella. Además, escribe.
En Barcelona y otras ciudades de España, este artista ha realizado recitales flamencos en los que ha recorrido desde los palos más básicos hasta los más arraigados. Desde soleares, tientos, seguidillas, fandangos, hasta alegrías o bulerías, entre otros tipos de cante flamenco. Allá a donde ha ido ha llevado el nombre de Cantalapiedra. Además ha participado y grabado diversos discos.
Después de cuatro años sin estar en Cantalapiedra, nada más que fines de semana o días sueltos, Reyes Galocha ha dedicado una buena temporada a saciarse de la forma de vivir del pueblo y de la cotidianidad para aplicarlo a sus proyectos profesionales. «Me gustan las raíces, la gente de la tierra, la gente de verdad, para lo bueno y para lo malo», explica este artista.
El proyecto que ahora le impulsa es algo relacionado con esta tierra. «Quiero moverme por estas zonas, donde confluye gente que escribe bien y canta bien, nutrida por lo que la tierra da y lo que resta, que también hace».
El futuro proyecto de Reyes Galocha tendrá que ver con este pueblo y sus raíces. Se tratará de una recopilación en homenaje a su familia y a Cantalapiedra. Tomando como punto de partida el flamenco que fluye por sus venas, Reyes Galocha pretende dar vida a un proyecto plagado de vivencias y sensaciones adquiridas en esta tierra. A partir de su nueva toma en contacto con el lugar de sus orígenes, Reyes Galocha plantea su vuelta con mayor frecuencia e intensidad.
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