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Luis Miguel de Pablos
Viernes, 1 de agosto 2014, 12:23
500 años y muchos más investigadores después, un estudio asegura conocer la autoría de la fachada de la Universidad de Salamanca. Un informe que, según su responsable, asegura estar terminado pero necesita de los últimos flecos de expertos e historiadores para darse a conocer. Así lo apuntó ayer a este diario Alicia M. Canto, miembro de la Real Academia de la Historia, arqueóloga y profesora de la Universidad Autónoma de Madrid, quien confirma su publicación en el próximo mes de octubre. «El programa iconográfico de la fachada es algo muy complejo, pero quitando los Reyes Católicos, el escudo de Carlos V, Hércules y las dos águilas, el resto está todo en discusión. Las demás figuras, hasta la escena papal, está en debate», asegura para justificar el hecho de no desvelar aún la autoría. El hallazgo pretende ser más completo con la inclusión de la iconografía de la fachada. «Podía haberme quedado simplemente en la autoría pero me pareció que valía la pena pensar qué era lo más coherente para cada figura y medallón», añadió ayer sobre la noticia avanzada por ABC.
Al contrario que en otros elementos renacentistas, en la Universidad de Salamanca lo ornamental prima sobre lo estructural, que en realidad no existe, pues ni los pilares ni las pilastras sujetan nada y sólo sirven de marco para la exposición de la decoración. En este sentido la decoración se extiende por toda la fachada generando una sensación de riqueza. Una forma, según apuntan los expertos, de dar más importancia al conjunto que al detalle. Aspectos que hasta la fecha han sido analizados al milímetro, sin que nadie se haya atrevido a proclamar su autoría.
Libros de Actas
La fachada por la que desfilan cada año más de dos millones de turistas desvelará por fin su secreto mejor guardado. Un enigma que se ha prolongado en el tiempo y que ha supuesto no pocos quebraderos de cabeza a cientos de investigadores llegados desde distintos rincones. Precisamente una de las causas de este desconocimiento es la ausencia injustificada de los Libros de Actas de Claustros entre 1515 y 1530. «Es también una de las razones del retraso del estudio. Faltan las actas de los Claustros y seguramente ahí se hable de la fachada, quién la iba a hacer, el programa iconográfico que iba a llevar, los equipos,... Todo está desaparecido y para mí es muy intrigante», reconoce la académica, «precisamente viniendo de la Universidad que mejor documentada tiene su historia bajo mi punto de vista». Unos documentos que, considera, va a ser poco menos que imposible conocer su procedencia. «No descarto que un día aparezca en los cajones de una casa particular, pero me parece difícil», añade. Esta falta de información hace que de la fachada apenas se conozca lo que costó, 30.000 ducados de la época, «lo que supone una cantidad elevada si nos sitúamos en aquellos años», reconoce la profesora, quien asegura a modo de anécdota que antes de rematar el estudio quiere incluir el precio de la fachada en euros, «y también en pesetas», para que la gente pueda hacerse una idea del coste que tenían entonces obras de tal magnitud.
Alicia Canto ha llevado a cabo este estudio de forma individual sin contar con ninguna opinión, «no por nada sino porque la cosas que están a la vista, no necesitan permisos para investigarlas», y espera alguna reacción por parte de la propia Universidad antes de la publicación de su estudio.
El suyo es uno más de tantos estudios e investigadores como han desfilado por delante de la piedra de Villamayor que ilustra la fachada de la Universidad, con una diferencia aparentemente insignificante en palabras de la propia autora. ¿Qué ha visto la profesora Canto que no hayan visto otros antes? «Cierta paciencia en la observación. Soy muy paciente por naturaleza y me puedo estar horas y hora mirando una sola foto. También es verdad que ahora hay muchas más facilidades, por ejemplo el Tour virtual que se hizo, una iniciativa muy buena que tuvo Salamanca, ayuda a este tipo de trabajos. Uno puede sentarse ahora en su despacho y ampliar fotos, algo que antes no se podía hacer», resume esta académica de Historia especializada en arqueología como así lo atesoran las campañas de excavaciones que ha liderado desde 1970 en Andalucía y Extremadura. «Voy a decir algo más. Este estudio, in situ, es decir delante de la fachada, no lo hubiera podido hacer», matiza, comparando las dificultades que se encuentran los investigadores a pie de obra y delante de fachadas con las facilidades que aportan las tecnologías encerrados entre cuatro paredes. Aporta un ejemplo también próximo a sus aportaciones. «Tengo terminado un estudio sobre el Acueducto de Segovia y la propuesta que hizo en su día el catedrático Géza Alföldi. Allí puedes acudir a hacer fotos pero no estás en el mismo plano para poder estudiarlo a fondo y de forma detallada», apunta, recordando el programa Ascensum, una de las iniciativas programadas en su momento para ver de cerca la fachada de la Universidad. «Fue un programa muy conocido que invitaba a que la gente pudiera ver a tan solo unos centímetros de distancia todos los detalles de la fachada. Se hizo también un seguimiento fotográfico muy detenido», señala, sorprendido de que aquella iniciativa no ayudara las labores investigadoras.
Alicia Canto también estuvo detrás del estudio que ponía en duda que la famosa Silla de Felipe IIen El Escorial no solo no sirvió de mirador sino que no fue construida en época de este rey y que pudo tratarse de un altar prerromano.
Piedra de Villamayor
Al margen de los múltiples elementos iconográficos que posee, Alicia Canto destaca la calidad de la piedra. «Es una buena piedra, no cabe duda de que los canteros de la Edad Media y la Edad Moderna la utilizaban por algo, aunque sí he notado que abundan las grietas y los excrementos de pájaros que afectan bastante a la fachada», señala, en una apreciación que no se le ha escapado al Patronato de la Fundación del Patrimonio Histórico, que ha incluido entre sus próximas ejecuciones el proyecto de restauración de la fachada del edificio de las Escuelas Mayores. El planteamiento afecta no sólo a la parte decorativa de la portada sino a todo el volumen que se adosa al edificio con una perspectiva doble.
El documento aprobado prevé entre otras cuestiones la instalación de sensores de control ambiental y de estabilidad; la creación de una cámara de ventilación en el zaguán; la limpieza de depósitos y eliminación de costras; la combinación de sistemas contra las aves; la consolidación de la piedra, saneado de juntas, relleno de grietas y reposiciones de grapas en la crestería; la reparación de los contrafuertes vinculados a la fachada; y la sustitución de la cubierta para una mejor evacuación de agua, mejora de la eficiencia energética.
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