Un gol tiempo añadido deja al Promesas virtualmente descendido

El Valladolid Promesas sufrió un cruel e injusto desenlace en su visita al Sardinero. Después de ser muy superior al Racing de Santander en la primera parte, encajó en el minuto 92 el tanto que, virtualmente, le condena al descenso a la Segunda RFEF. Solo una rocambolesca combinación, en la que acabe empatado a puntos con Bilbao Athletic y Talavera le salvaría de perder la categoría.

En su lucha por recortar distancias con el conjunto vasco, el filial pucelano salió decidido desde el inicio, a sabiendas de que su oponente había empatado en Ferrol. Moha se convertía en el centro del juego. Por sus botas pasaban todas las acciones ofensivas del equipo. A ello se le sumaba la verticalidad de Paulo Vítor, el mejor del encuentro, que llevó por la calle de la amargura al lateral contrario, Unai Medina.

Con esos argumentos, el Promesas comenzó a adueñarse de la iniciativa y a llevar peligro. Un disparo del brasileño, en el minuto cuatro, obligó a la primera intervención de Parera. Superado el cuarto de hora, Ortuño desbordó a Pol Moreno y trató de conectar con Sergio Benito, pero Mantilla apareció, providencial, para cortar.

En el primer acercamiento local surgió la figura de Saturday para anticipar la llegada de Cedric en el área pequeña. Pero fue una isla en medio del dominio visitante. Superada la media hora, el choque se convirtió en un ida y vuelta. Íñigo cabeceó a las manos de Aceves en el minuto 33. En la respuesta, Nieto sacó una falta directa que rozó el larguero. Acto seguido, Paulo Vítor encontró a Sergio Benito, que se plantó mano a mano con Parera, pero el meta salvó con el pie. En el tiempo añadido, el ariete estrelló un cabezazo en el palo.

Perdonó el Promesas que, en la segunda mitad, comenzó a sufrir. El entrenador local ajustó a su equipo con los cambios y el campeón comenzó a encontrar verticalidad y mordiente en sus llegadas. Camus y Soko, a la contra, hallaron huecos y empezaron a hacer daño.

Tardó, en cambio, Julioo Baptista en reaccionar. Más controlados por sus oponentes, Moha y Paulo Vítor se diluyeron.

Hacia el tramo final, el Racing comenzó a generar peligro. Borja Domínguez encontró a Manu Justo con un pase en profundidad, pero éste cruzó en exceso su lanzamiento ante Aceves. El técnico visitante apostó por Diego Moreno y Dalisson en busca de pólvora, pero el tanto llegó en la meta del Promesas.

El partido se moría y, aunque el punto no era desdeñable, el filial pucelano se volcó en busca del tanto de la victoria, pero arriesgó y quedó expuesto. En la prolongación, tras un saque de esquina, Camus recibió libre de marcas en la frontal, se adentró unos metros en el área y sacó un potente lanzamiento que superó a Aceves y alojó el cuero en la red. Fue un cruel desenlace al que el pitido final del árbitro le puso el broche.

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