El Real Valladolid Juvenil se lleva el derbi regional ante un indómito Burgos

Comenzó el encuentro con intensidad y disputa, como suele ocurrir en prácticamente todos los encuentros del División de Honor. Pese al dominio local de la posesión, fue el conjunto blanquinegro, este domingo con la naranja visitante, quien perpetró la primera ocasión seria del encuentro tras un pase elevado a la espalda de la zaga vallisoletana que el delantero burgalés no fue capaz de dirigir a portería.

Con el control del esférico pero sin someter al rival, el Pucela inició la ofensiva y se empezó a dejar ver por las inmediaciones de la meta defendida por Miguel. Tras varias acciones sin concretar, Sergi logró desequilibrar la balanza con un potente cabezazo en el minuto 23 tras una gran jugada por banda izquierda de Garri, que le sirvió el gol en bandeja de plata al 10 blanquivioleta.

Algo tocado tras el primer gol, el cuadro burgalés intentó reaccionar para volver al partido y a punto estuvo de hacerlo tras un magnifico pase filtrado en el que Nahón, tras una buena carrera desde la medular, perdió el uno contra uno ante la salida de Aceves.

Apenas cuatro minutos después, los de Alejandro Robles recibieron el segundo mazazo del que no lograron desquitarse hasta la segunda mitad. Al tratar de asegurar la posesión para su equipo, Saúl, el capitán de los naranjas, cedió atrás y pilló descolocado a Miguel, que nada pudo hacer para que el balón no cruzase la línea y se convirtiese en el segundo del Pucela.

Este desafortunado fuego amigo, unido a la insistencia de los de Borja y, ahora sí, su dominio del balón y el ritmo de partido, fue un golpe demasiado duro para el Burgos que vio como el palo derecho de su portería escupía el tercero del Real Valladolid tras una preciosa acción personal de Adri y un estratosférico disparo que buscaba el ángulo de la meta burgalesa.

Antes, en el 32, Canario recibió la única tarjeta amarilla del encuentro después de una dura entrada tras lanzarse al suelo con los tacos por delante en una disputa de balón peligrosa pero sin mala intención que bien pudo costarle la expulsión. Con un disparo de Fresneda bien repelido por el portero visitante terminó una primera mitad en la que quizá los dos goles fueron excesivo premio para los locales y demasiado castigo para el Burgos por lo visto sobre el césped.

Tras el paso por vestuarios, la entrada de Karika animó el ataque burgalés y concretó la acción más peligrosa del encuentro para los naranjas. El 16 visitante realizó una veloz y hábil arrancada en la que se deshizo de hasta cuatro defensores para enviar el balón al palo, que rechazó el esférico hacía Jaime, pero el 9 burgalés no fue capaz de convertir ante la salvadora intervención de un zaguero blanquivioleta.

Con ese susto y los cambios, el Real Valladolid despertó del letargo al que había sumido el encuentro pero no fue un buen despertar. En el 76, la insistencia del Burgos tuvo su premio en una acción dudosa que el colegiado de la contienda decretó un penalti que Omar se encargó de transformar para recortar distancias en el marcador.

De esta manera, un indómito Burgos peleó hasta el pitido final un partido que finalmente terminó cerrando con el balón el Real Valladolid. Los de Borja se colocan sextos con 18 puntos tras su tercera victoria consecutiva, mientras que el Burgos se ubica decimotercero con once puntos tras la décima jornada del Grupo V de División de Honor.