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El Real Valladolid confirmó, en la primera mitad, las buenas senscaiones dejadas en los últimos veinte minutos en San Mamés. Los de Sergio, con la novedad de la posición de Joaquin como pívote defensivo en la medular, fueron capaces de revertir el dominio incial del Betis e incluso, en tramos de la primera parte, de quitarle el control del balón.
El cuadro pucelano, además, acabó esta primera entrega del vital encuentro ante los verdiblancos sin cometer una sola falta. O al menos sin que fuese señalada por Pizarro Gómez. Las infracciones vienieron por parte del conjunto bético que recibió dos amarillas en las dos únicas faltas del encuentro.
Aunque el partido se fue al descanso 0-0, sí que hubo goles en Zorrilla. Uno para cada lado. El primero, obra de Weissman, cayó en el primer cuarto de hora de parte del Pucela y fue anulado desde el VAR que avisó al colegiado de un fuera de juego previo de Míchel. El otro tanto anulado lo anotó Borja Iglesias, que le tiene tomada la medida al cuadro blanquivioleta. El gol fue anulado por una ajustada posición incorrecta de Miranda jugador que centró la pelota al ariete verdiblanco.
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