La primera victoria del Real Valladolid en Gijón y en Primera

Nada menos que siete jornadas hubieron de transcurrir para que el Real Valladolid consiguiera su primera victoria en aquella temporada 1957-58, que iba a poner fin a la década prodigiosa que vivieron los blanquivioletas en los tiempos en que el fútbol era una de las pocas alegrías que la gente tenía para sobrellevar las muchas dificultades que dejó la posguerra.

Las cosas, pues, empezaron mal y terminaron peor para el equipo vallisoletano, que había traspasado a Murillo al Zaragoza y a Cerdán al Osasuna, dejando libres, además, a otros veteranos como Losco, José Luis o Lolo, que habían sido titulares durante varias campañas.

Los resultados adversos y la irregularidad en el juego le costaron el puesto a Rafael Yunta «Rafa», que había superado aceptablemente el examen de asegurar la permanencia en la temporada anterior. La directiva, que presidía Ramón Pradera, habitualmente acosada por las deudas vendía año tras años a sus mejores efectivos y el equipo, claro, fue progresivamente devaluándose hasta perder la categoría.

No obstante, hubo algunas alegrías como las goleadas al Valencia, al Jaén y al Sporting en «Zorrilla», así como la victoria a sobre los gijoneses en su feudo de «El Molinón», donde el Valladolid había ganado una vez en segunda división, temporada 1941-42, aunque solía tropezar con bastante frecuencia cuando ambos militaban en primera.

El cambio de Rafa por Saso, éste haciendo de jugador y entrenador, no supuso la reacción que los directivos esperaban en el equipo, aunque en el tramo final de la Liga sí que se notó una cierta mejoría tanto en la actitud y el juego como en los resultados, uno de los cuales fue ese triunfo sobre el Sporting, en el choque disputado el 20 de abril de 1958 en la ciudad asturiana.

Los blanquivioletas habían hecho un gran partido en «Chamartín», aunque finalmente perdieran (5-3) contra el Madrid de los Kopa, Mateos, Di Stéfano, Rial y Gento, que arrasaba en el campeonato y, como después ganaron a la Real Sociedad en «Zorrilla», afrontaron especialmente motivados el duelo con el Sporting, que entonces se llamaba Real Gijón porque Franco había prohibido los nombres extranjeros en el deporte español.

Faltaban tres jornada para el final y, salvo el Real Jaén que ya estaba desahuciado, aún quedaba mucha tela por cortar en la cola de la clasificación, de modo que el partido de «El Molinón» se encaró como una de las últimas oportunidades para salvarse. Saso, tan buen estratega como sicólogo, motivó a sus hombres que barrieron literalmente del campo al rival, además de ganar con plena justicia el dramático partido, con un gol en cada parte.

El primero, obra de Rodríguez I a pase de García a los 9 minutos, y el segundo en el minuto 54, al cabecear a la red Badenes un buen centro de Paz. El (0-2) y, sobre todo, la gran actuación que tuvo el equipo le devolvieron las esperanzas de salvación, y más aún cuando una semana después derrotó con holgura al At.Bilbao en «Zorrilla», (0-3).

Sin embargo, a la hora de la verdad tiraría por la borda todas sus opciones al perder en Las Palmas y se fue a segunda división, tras muchas decepciones y alguna que otra alegría, como aquel primer triunfo en «El Molinón», que hemos recordado. El partido lo arbitró el catalán Lucas Saz, con estas alineaciones. R. GIJÓN: García; Pellicer, Armendáriz, Castañer; Bolinches, Medina; Gago, Biempica, Ortíz, Álvarez y Basora II. R. VALLADOLID: Saso; Pontoni, Lesmes, Tini; Matito, García; Rodríguez I, Gallet, Badenes, Paz y Rodríguez II.

Curiosamente, al final de temporada los autores de los goles blanquivioletas, Rodríguez I y Badenes se fueron, junto a Rodríguez II, a las filas sportinguistas, sin duda por las buenas actuaciones que habían tenido frente al conjunto asturiano, especialmente Manolo Badenas que fue, además trofeo «Pichichi» en la máxima categoría, con 19 goles.

Parecía una buena operación para el equipo rojiblanco, pero no lo fue tanto. Badenes estuvo dos temporadas, jugando 20 partidos con 4 goles en la primera temporada, en la que el Sporting perdió la categoría, y 15 con 10 tantos en la segunda. Los Rodríguez solo estuvieron una temporada en Gijón, con mejores prestaciones Rodríguez II, que intervino en 23 partidos y marcó 3 tantos, mientras que el otro solo jugó 9 encuentros sin estrenarse en la faceta goleadora.

Por cierto que, en contra de lo que pueda parecer, no existía ningún parentesco entre ambos, y ni siquiera el número ordinal era correcto, pues José Rodríguez García (Valladolid 1936) era más joven que José Rodríguez Pedrero (Córdoba 1932), de modo que lo de primero y segundo parecía obedecer más a la estatura, ya que el extremo vallisoletano era más alto que el andaluz.

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