A Copperfield le pillan el truco
El planteamiento de Almada pierde predicamento y el Real Valladolid se convierte en un equipo vulgar en defensa y nulo en ataque. Urgen respuestas para volver a la dinámica positiva
1
Vallejo aplaca a Latasa en el duelo de exmadridistas
Vallejo y Latasa convirtieron el partido en un duelo al sol. Como si fueran John Wayne y Clint Eastwood, pero con el suelo verde, fresco ... y mullido, en vez del árido desierto del lejano Oeste. El central del Albacete ganó a los puntos. Sin alardes, con eficacia. El nueve del Real Valladolid pereció en el intento. Estuvo fuera del punto. Saltó, bregó y trató de rematar, pero nunca llegó a tiempo. Ni generó la segunda jugada ni encontró el espacio en el corazón del área rival. Tampoco le acompañaron sus compañeros, que patearon un balón de rugby cuando atinaron a poner el cuero en el área tras desbordar por el costado. La esfera siempre voló hacia la zona despoblada, más fácil para el despeje que para el remate. Así es imposible.
Publicidad
2
Biuk y Amath siguen en modo off y piden banquillo urgente
Almada es un tipo de ideas fijas, pero cambiará el paso tras la derrota en Albacete. Suele suceder. Si el resultado acompaña, mejor no tocar la pizarra. Cuando el tanteo se pone de espaldas, la necesidad arranca las hojas de la libreta. Y en el cuadernillo del técnico uruguayo hay dos posiciones que chirrían. Biuk y Amath han agotado el crédito. No es que no desborden, que tampoco, es que inciden en la descomposición defensiva del cuadro castellano. Están siempre fuera de la escena. Llegan tarde a la presión y tampoco tienen piernas para que la gambeta disimule su incompetencia defensiva. El cuaderno de Almada se deshilachó en Albacete cuando sus dos volantes se mostraron incapaces de acompasar la presión adelantada y perdieron el filo con el balón en la bota. Sin regate y con la pericia en el limbo, se convirtieron en un activo del Albacete. Es hora de mover ficha.
3
A Meseguer se le da mejor el rizo que el remate fácil
Meseguer es otro de los futbolistas que termina el encuentro con una cruz en el dorsal. Al murciano se le da mejor el rizo que el remate fácil. Más fino en el taconazo que en la definición académica. En el Belmonte fue como Morante en una mala tarde. Perpetró una faena de almohadilla, más que de pañuelo. El éxito se perdió en su cabeza, antes del descanso, y en la incompetencia de su zurda, nada más arrancar el segundo acto. Almada también debe revisar esta posición en su pizarra. Juric está muy solo. Por delante, a Ponceau también le faltan kilómetros para ser un futbolista determinante. Más destellos que continuidad. Poca consistencia, nula capacidad para fracturar las líneas del contrario. Un alfil demasiado plano para una posición que pide más luz que tiniebla.
4
Guilherme evita una goleada indecorosa
Guilherme sigue evitando el sonrojo. En Albacete no pudo esquivar la derrota, pero sí que resultó clave para que el Real Valladolid no abandonara el césped con la mochila atiborrada de goles. El Pucela tiene portero, aunque la última frontera no se defiende solo con un hombre. Contra el equipo manchego, el sistema defensivo hizo aguas. La presión adelantada se enterró en el fango y los mecanismos de repliegue se desflecaron de forma grosera. Al Real Valladolid se le abrió en canal el sistema. La desaparición de Biuk y Amath descompensó el repliegue y el Albacete voló por los costados para descubrir las costuras del Pucela, muy lejos de ese bloque sólido y competente que hasta la derrota en el Belmonte había conseguido minimizar sus carencias con una actitud coral impecable. Esta vez el músculo no fue suficiente.
Publicidad
5
Comienzan las curvas, es tiempo de buscar ideas nuevas
Guillermo Almada no es David Copperfield. Tampoco le pedimos que se convierta en un mago. Todo lo contrario. Mejor con los pies en el suelo, que con la capa en vuelo. El caso es que al Real Valladolid se le apagó la estrella en Albacete. El técnico uruguayo pidió tiempo para madurar su plan. De la noche a la mañana es imposible. Ni siendo Copperfield. La mejor versión del Pucela se va alejando a medida que pasan las jornadas. Es cuestión de que el preparador uruguayo no se estanque. Es hombre de ideas fijas, pero ayer, al menos, movió el banquillo desde el descanso. La disciplina es su piedra filosofal. A partir de ahí, y después de la derrota ante el Albacete, comienzan las curvas. La vida en rosa luce sin intensidad. Más rosa palo que rosa chicle. Toca hacer examen de conciencia y buscar alternativas que saquen al equipo de la zanja. Almada, te leemos.
3€ primer mes
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión