Carmelo Cedrún, el orgullo de Amorebieta

Aunque se fundó en 1925, tres años antes que el Real Valladolid, la Sociedad Deportiva Amorebieta no se ha enfrentado nunca a los blanquivioletas en partido oficial, de modo que a falta de recuerdos que rescatar del pasado, vamos a aprovechar la ocasión para hablar del jugador más importante en la historia de este club vizcaínos que hoy se mide al Pucela.

Se trata de Carmelo Cedrún Ochandategui, legendario portero del Athlétic de Bilbao y de la Selección Española, que vino al mundo el 6 de diciembre de 1930 en la localidad de Amorebieta-Etxano y que también defendió los colores del equipo de su pueblo, entonces en categoría regional, antes de comprometerse con los de «San Mamés», cumpliendo el sueño de todos los chicos vascos.

Carmelo era, probablemente, el joven más popular de Amorebieta cuando llegó la noticia de que el Athlétic le había ofrecido un contrato profesional, con el reto de sustituir al veterano Lezama bajo los palos de la portería rojiblanca. No lo consiguió en la primera, 1950-51, en la que Lezama fue el portero del equipo bilbaíno en la final de la Copa del Generalísimo contra el Valladolid, pero sí en la segunda, 1951-52, en la que disputó 22 partidos y se hizo con el puesto gracias a su colocación, agilidad y valentía.

En sus comienzos con el Athlétic, que oficialmente se llamaba Atlético de Bilbao por órdenes del Régimen, coincidió con Tini, un futuro blanquivioleta, y también con Antonio Barrios, entrenador que después de triunfar en el Real Valladolid y pasar por el Santander y el Málaga, fue contratado por el club de San Mamés para llevar a cabo una difícil y delicada tarea: la de ir renovando la plantilla buscándoles sustitutos a los míticos Iriondo, Venancio, Zarra, Panizo, Gainza, Canito, Lezama, etc,

Carmelo se consolidó como indiscutible en la portería de aquel Athlétic de la década de los sesenta que ganó una Liga, tres Copas y una Copa Eva Duarte, además de participar en la Copa de Europa, en la que cayó en cuartos de final ante el Manchester United, precisamente por culpa de la lesión que Carmelo sufrió en la rodilla.

Por entonces, el mozo de Amorebieta ya había debutado con la selección española absoluta, en un partido frente a Turquía, correspondiente a la fase de clasificación del Mundial. España perdió por 1-0, pero Carmelo fue uno de los destacados y sus paisanos de Amorebieta quisieron festejarlo yéndole a recibir con un autocar, en el iban el alcalde y las fuerzas vidas, para rendirle un homenaje por todo lo alto, con orquesta y discurso desde el balcón del Ayuntamiento.

Disputó 13 encuentros con la selección nacional, los dos últimos durante el Campeonato del Mundo de Chile 1962, y se mantuvo en la portería del Athlétic durante 14 temporadas en las que prácticamente lo jugó todo, totalizando 417 partidos oficiales. Como antes había ocurrido con él, al ser el sustituto de Lezama, ahora le llegaba la hora del relevo, pues ya con 34 años los técnicos pensaron que había llegado la hora de que Carmelo le diera la alternativa a su recambio, un joven de apenas 20 años llamado José Ángel Iribar. ¡Casi nada!

Pero abandonar el Athlétic no significó abandonar el fútbol. Fichó por el Español y aún rindió a excelente nivel durante tres temporadas, interviniendo en 101 encuentros oficiales. Y aún con 38 años le surgió la oportunidad de prolongar su carrera con una experiencia que entonces constituyó una auténtica novedad. En Estados Unidos se había puesto en marcha la North American Soccer League, y Carmelo Cedrún se enroló en las filas del Baltimore Bays, equipo en el que coincidió con otro importante futbolista español, Juan Santisteban.

La Liga Americana de Fútbol fue un ensayo para introducir este deporte en un país donde otros ya llevaban muchos años de ventaja, como el futbol americano, el béisbol, el hockey sobre hielo y el baloncesto, de modo que los sueldos no eran como en España, pero sí que supuso una enriquecedora experiencia para Carmelo y otros que jugaron allí al final de los sesenta, como los ex blanquivioletas Benegas y Vidal, así como un futuro entrenador del Valladolid, Sergio Kresic, que militó dos años en Cleveland.

Tras colgar las botas, Carmelo Cedrún inició una carrera de entrenador casi tan dilatada como la de futbolista activo, ya que durante 18 temporadas dirigió a equipos como Baracaldo, Logroñés, Cultural Leonesa, Celta de Vigo, Murcia, Jaén, Balompédica Linense y Lermeño, en el que con 61 años vivió su último año en el banquillo.

Sin duda, al 'Orgullo de Amorebieta' le habría gustado trabajar con el equipo de su pueblo esta temporada, en la que se estrena en segunda división, pero ya con 91 años….

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