Recuerdo al torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías
El diestro dejó su impronta en la ciudad hace un siglo al lidiar seis toros y, dos horas después, ofrecer una conferencia
La capital recordó la figura del torero y escritor Ignacio Sánchez Mejías un siglo después de su famosa lidia con seis toros y conferencia en el Ateneo sobre su novela 'La amargura del triunfo'.
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El Círculo del Recreo acogió durante la tarde del jueves, una mesa redonda bajo el título 'Ignacio Sánchez Mejías en Valladolid. Un siglo después. 1925-2025' , moderada por el periodista e impulsor de este homenaje, Ignacio Miranda Peña, en la que colaboró el Ayuntamiento de Valladolid, a través del 'Ateneo Cultural Valladolid Ciudad Taurina'.
El acto conmemoró una de las gestas más singulares de su trayectoria y que quedó ligada para siempre a Valladolid: la lidia de seis toros en la plaza del Paseo de Zorrilla y, apenas dos horas después, cambiar el traje de luces para impartir una conferencia en el Ateneo sobre su novela, 'La amargura del triunfo', el 22 de septiembre de 1925.
En esta mesa redonda participaron Domingo Delgado, abogado y crítico taurino, quien abordó la dimensión torera del diestro sevillano; Antonio Ruiz de Alda, bisnieto del homenajeado, que ofreció una mirada íntima a su perfil humano y familiar, y Antonio Fernández Torres, coautor de su biografía junto con Andrés Amorós, encargado de analizar su faceta cultural y su papel como gran promotor de la Generación del 27.
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Este homenaje supone un acto de ciudad y de agradecimiento de Valladolid a la figura de Sánchez Mejías, polifacético intelectual, que dejó su impronta en Valladolid en una jornada legendaria de toros y literatura.
Torero y escritor, fue presidente del Betis, aviador, jugador de polo, colaborador de prensa, hermano de La Macarena y presidente de Cruz Roja de Sevilla.
Ignacio Sánchez Mejías, mecenas de la Generación del 27, dejó un legado de la faceta cultural y artística de lo que significa la tauromaquia que nadie puede negar. Durante el acto, la librera y bibliotecaria Charo Vergaz leyó la elegía que Federico García Lorca dedicó en 1934 a su gran amigo Ignacio Sánchez Mejías, considerada una de los mayores exponentes de la poesía vinculada al arte del toreo y una de las mejores de la literatura española. La profunda amistad entre Federico García Lorca e Ignacio Sánchez Mejías tuvo su expresión más célebre en esta elegía, escrita tras la muerte del torero, fallecido el 13 de agosto de 1934, a causa de la gangrena provocada por una cornada recibida dos días antes en la plaza de toros de de Manzanares (Ciudad Real).
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