Íscar, el Pico La Muela y el mirador de Tierra de Pinares
Recorrido de once kilómetros con salida y llegada en la localidad iscariense, con varios pasos por el castillo del municipio
Con el castillo de Íscar como epicentro, más de quiniestos años de historia contemplan esta ruta por la Tierra de Pinares.
En esta ocasión la fortaleza iscariense centra buena parte de nuestra actividad por una de las zonas más bonitas de Valladolid, con un encanto especial en jornadas de niebla; o con unas vistas reconfortantes, de pinares y siembra, en los días soleados -como los de las últimas jornadas-.
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El comienzo de la ruta la situamos en la calle Palomares, en el centro de Íscar. No nos será complicado encontrar un sitio para aparcar e iniciar un recorrido de unos once kilómetros en los que nos enfrentaremos a un desnivel asequible, pero con alguna rampa importante.
En este sentido, es recomendable el uso de bastones para superar la rampa del ascenso al Pico La Muela, con desniveles superiores al 20%.
El primer kilómetro lo realizaremos por las calles del municipio en dirección al castillo, que vigila desde lo alto todo lo que sucede en la comarca. Conviene recordar que la fortaleza está rehabilitada como cervecería, una información que puede ser importante para nuestro regreso...

Primera subida al castillo
Desde la calle Palomares iniciamos el ascenso al castillo por el acceso peatonal y sin llegar a coronarlo giramos hacia la derecha para coger una senda lateral y dar una vuelta por los alrededores de este edificio patrimonial que centra buena parte de la ruta.
Seguiremos ascendiendo de maneral lateral, pero sin una dificultad excesiva, para bajar posteriormente -siguiendo la senda, no tiene pérdida- hasta un canal que se encuentra junto a la instalación de tiro al plazo, la cuál tomaremos como referencia.
Desde este punto, cruzamos la carretera y seguimos a media ladera por un cerro que nos llevará hasta la principal subida de la jornada: el Pico La Muela. No se trata de una gran montaña, ni tiene una gran elevación, pero sí es recomendable utilizar los bastones en las rampas más duras de ascenso, que se encuentran en la parte final.

Una vez coronemos La Muela, podemos coger aire, disfrutar un poco de las vistas, y emprender el camino por una pista de unos dos kilómetros, completamente llana y que nos sumergirá en los campos de Castilla.
El propio camino nos devuelve a dar una nueva vuelta al castillo de Íscar. En esta zona podemos ver distintas zonas de yeseras y todos los pinares que rodean la localidad vallisoletana. De hecho, siempre tendremos la vista de las arboledas pinariegas mientras volvemos a ascender hasta el castillo.
De hecho, en este último ascenso disfrutaremos de un trazado sube y baja, que nos lleva hasta un bonito mirador desde el que podemos observar toda la comarca.
Estamos llegando al final, y podemos regresar al coche por el mismo sitio por el que subimos, o hacer parada y fonda en el castillo que llevamos viendo todo el camino y con el que, quizá -y en función del día- nos pueda deleitar con una cerveza bien fría, o un tentempié para recuperar el calor.
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