Los quintos de Baltanás disfrutan de su semana grande

Coincidiendo con las celebraciones del Carnaval, Baltanás ha festejado uno de los acontecimientos más importantes para los que alcanzan la mayoría de edad durante el año. Se trata de la Semana de Quintos, una tradición que se mantiene de generación en generación y que se ha conservado incluso después de suprimido el servicio militar. Los quintos eran los varones que hacían el servicio militar, que en el momento de jurar bandera, pasados tres meses del período de instrucción como quintos, asumían la categoría de veteranos en la mili.

Durante diez días, veintidós jóvenes naturales de Baltanás o con raíces en la capital del Cerrato han vivido experiencias que recordarán toda su vida. Álvaro, Amaia, Ángel, el grupo de las 'tres Ángelas', Carlos, David, Elena, Ezequiel, Hugo, Jaime, Jennifer, Iker, Leyre, Maite, Mave, Miguel, Pablo, Pilar, Pol y Víctor. Estos jóvenes se han confeccionado unas vistosas sudaderas negras y unas camisetas rosas, como recuerdo de los quintos de 2006.

Los jóvenes nacidos en 2006 han prolongado sus tradicionales actividades y encuentros con distintas actuaciones musicales en los bares de la localidad. Además, los quintos también estuvieron presentes en la gala del Carnaval celebrada en el Parque Comarcal de Bomberos, a la que acudieron ataviados con sus típicas boinas con el lazo de España y las escobas.

A lo largo de estos días, los quintos han solicitado la colaboración económica de sus vecinos para organizar los diversos actos programados durante diez días. Como manda la tradición, los quintos han parado a sus paisanos cuando acudían a tomar el café para solicitarles un donativo. «La voluntad pa' los quintos», es la frase con la que se han dirigido a los vecinos. «La respuesta de los vecinos ha sido muy positiva, porque todos los años toca a un quinto de alguna familia de Baltanás. Hemos disfrutado a tope de estos días y la experiencia ha sido muy positiva», señalaron los quintos baltanasiegos.

Una de las costumbres más típicas es comer juntos en la bodega y hasta hace unos años los quintos cenaban cada día en la casa de una de las quintas, aunque ahora lo hacen todos juntos en los distintos bares de la localidad. Otras acciones son la venta de papeletas, pulseras, mecheros y bolígrafos que desde hace varios meses han ofrecido casa a casa, obsequiando con caramelos a todos los vecinos. También es costumbre que los quintos acudan al Colegio San Pedro, a la Guardería Municipal o a la Residencia de Ancianos.

Estos jóvenes continuarán su compromiso con el pueblo en otros momentos puntuales, como las fiestas patronales o la Navidad. El Ayuntamiento solicitará su colaboración para que representen a la juventud del pueblo como damas y caballeros, así como para organizar la cabalgata de Reyes del próximo año. Hasta hace unos años, los quintos también colaboraban con las procesiones de Semana Santa, pero el resurgir de varias cofradías hizo que asumieran este papel los propios cofrades.

Desde hace varios años, numerosos quintos se reúnen en los meses del verano cuando cumplen los 40, 50, 60, 65 y 70 años, aunque algunos mantienen la cita anualmente. Son días de encuentro, que les permiten mantener viva la ilusión de los años de juventud. El grupo organizador de cada encuentro hace todas las gestiones posibles para localizar al mayor número posible de quintos o de aquellos casados con algún hijo del pueblo. Los actos suelen comenzar con una Eucaristía de acción de gracias a los pies de la Virgen de Revilla, una comida de hermandad, la visita al Museo del Cerrato Castellano y una cena informal.

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