En primera línea y mirando de reojo la crisis del sector turístico
Javier Rubio ·
Es celador en San Juan de Dios y regenta dos casas rurales en El Bierzo y en La Alberca que espera se conviertan en alternativa al turismo masivoJavier Rubio es un celador interino que trabaja en San Juan de Dios, donde se han derivado buena parte de los pacientes con covid-19. Cada día trata de aportar su granito de arena para derrotar al virus, aunque cuando regresa al Hotel Rey Sancho –donde reside de forma gratuita desde hace un mes junto a un grupo de sanitarios– no puede dejar de pensar en las consecuencias que tendrá la crisis en el sector turístico, del que dependen buena parte de sus ingresos. Además de celador, Javier es el gerente de dos casas rurales (La Ponteja, entre Astorga y La Bañeza, y Valconagua, en El Bierzo) y no oculta su preocupación por el futuro que le espera al sector turístico, motor económico de España en general y de su vida en particular.
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«Le he dado muchas vueltas a la cabeza y quiero pensar que el turismo rural no se va a ver tan afectado por esta crisis. Es un tipo de actividad familiar, que se suele disfrutar en grupo. Yo alquilo las viviendas completas, no por habitaciones, y creo que esto me va ayudar a aguantar un poco a pesar de esto. La gente tendrá ganas de quedar con amigos y este tipo de alojamientos te dan una garantía que no te pueden ofrecer otros», asegura Javier Rubio.
Este empresario del sector turístico mira al futuro con esperanza, pero reconoce que depende directamente de las decisiones que adopten las administraciones. «A ver cuándo se abre la movilidad a nivel nacional. Tengo muchos clientes de Madrid, Valladolid, Burgos, Palencia y Asturias, así que mientras no se pueda desplazar la gente, no voy a tener negocio», explica.
Mientras Javier estudia las posibilidades de trabajo que va a tener en sus casas rurales por la crisis, acude cada día a San Juan de Dios, donde reconoce que no le falta trabajo. «Estoy en un pabellón en el que solo tenemos gente con covid. Hemos tenido días muy complicados, pero ahora se ve menos gente, hemos dado altas y no hay la incertidumbre de antes. Estamos mucho mejor, pero no hay que bajar la guardia», explica este polifacético celador.
Este interino ha trabajado todo lo que ha estado en su mano en esta batalla contra la pandemia y después de todo su esfuerzo, al igual que muchos de sus compañeros, no sabe si finalizará su trabajo cuando se le acabe el contrato. «Estoy en comisión de servicios y, de momento, hasta el 31 de mayo estaré aquí. Somos bastantes los que estamos en esta situación y estamos muy preocupados por saber qué va a ser de nosotros cuando se nos acabe el contrato», apunta este celador, que cree que sería justo que el personal interino que ha estado en primera línea durante la pandemia tuviese alguna ventaja. «Estaría bien que lo tuviesen en consideración», concluye este celador que espera poder aferrarse al sector turístico si acaba en el paro en junio.
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