Cubierta del centro cultural Lecrác, donde se acumulaba el agua que generaba los problemas. Brágimo

El Lecrác afronta otra reforma, pero espera estrenar 2021 con más salas de estudio

Las obras sobre la cubierta de la antigua cárcel, que es centro cultural desde 2014, persiguen acabar con las filtraciones de agua

Álvaro Muñoz

Palencia

Sábado, 12 de septiembre 2020, 00:16

Desde 2014, año en el que se inauguró el edificio de la antigua cárcel convertido en centro cultural, ha llovido. Y si no, que se ... lo pregunten a la cubierta de este emblemático edificio denominado desde entonces Lecrác, que en más de una ocasión se ha convertido en un perfecto pluviómetro para reflejar las precipitaciones en la capital. Las intervenciones de los bomberos se entremezclaban con el pulso cultural que pretendía ofrecer este espacio a los palentinos.

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Por fin, la exposición permanente de cubos de fregona para recoger el agua de las goteras podría llegar a su final en diciembre de este año con la reforma iniciada recientemente de la cubierta, que solventaría los problemas de estanqueidad. Y a partir de ahí, si el edificio recupera la normalidad, el Ayuntamiento tiene previsto unificar las bibliotecas municipales (Miguel de Unamuno y San Telmo) en un gran espacio centralizado, además ampliar las salas de estudio, instalar la cafetería y recuperar las aulas para el departamento municipal de Juventud. Es decir, devolver al edificio el 100% de su utilidad.

Así que de esta forma, la fachada del Lecrác se ha convertido en un mar de andamios que ayer visitaron miembros del equipo de gobierno, representando por los populares Alfonso Polanco, Luis Fernández y Facundo Pelayo, y la arquitecta de la obra, Marta Gonzalo. Y se empaparon y explicaron los avances, esos que no están intercediendo en el día a día de los que pueden disfrutar del Lecrác, como los estudiantes que acuden a la sala. «Las obras se prevén realizar en cuatro meses. No se ve mucha actividad porque se ha conseguido mecanizar el procedimiento y se está haciendo en talleres. En cuanto se pueda, se colocará la cubierta de forma rápida, con el fin de molestar lo menos a los usuarios», incidió Fernández, que avisó de futuros problemas. «Ahora se repararán casi todos los defectos de humedades de la cubierta, pero hay que tener en cuenta, que, como arquitecto, es muy complicado. A lo mejor se descubren cosas que no estaban previstas en el proyecto. Habrá que hacer un plan de mantenimiento futuro que ahora desconocemos», añadió.

Aún así, el Ayuntamiento espera, tal y como señaló el primer teniente de alcalde Alfonso Polanco, que las obras de rehabilitación de la cubierta «sean las últimas que haya que llevar a cabo para subsanar los errores cometidos durante su construcción», ya que, tal y como indicó, este edificio, que abrió sus puertas en julio de 2014, «ha tenido que superar varias actuaciones de urgencia para poder seguir siendo utilizado, como por ejemplo la del pasado mandato en la zona de oficinas, con una inversión de 48.000 euros», explicó.

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La rehabilitación del edificio, construido a finales del siglo XIX y que cuenta con una superficie de 6.000 metros cuadrados, se llevó a cabo entre los años 2008 y 2011 y contó con un presupuesto inicial de 8.013.336,72 euros, a los cuales hay que sumar otros 1.236.327,23 euros del sobrecoste que supuso la modificación del mismo y los 378.000 euros que ha invertido el Ministerio de Fomento para esta última intervención.

Asimismo, Polanco recordó también que el centro, cuando él llegó al Ayuntamiento en junio de 2011, «no contaba con ningún plan funcional y no tenía cerrada la urbanización de sus entornos», algo que finalmente se acometió en 2015, «después de mucha pelea con el Ministerio de Fomento», con un coste de 300.000 euros.

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Pero además de estas cantidades, cuando abrió al público, «gracias a una inversión superior a los 320.000 euros (180.000 de equipamiento, 30.000 aportados por la Junta, y 144.000 de dotación para arrancar y diseño funcional)», apuntó Polanco, hubo que afrontar el arreglo de numerosas deficiencias, entre las que se encontraban «la falta de conexión del saneamiento con el desagüe general, la falta de acceso a las cubiertas, algunos fallos de accesibilidad y los primeros problemas con las humedades», agregó Polanco.

A medida que fue pasando el tiempo, los problemas de la falta de estanqueidad de la cubierta y la aparición de humedades «nos obligó a ir cerrando partes para evitar problemas de seguridad». «Esperamos que si todo va bien antes de que finalice el año, el objetivo es llevar a cabo aquello que tenemos previsto en la zona cerrada al público, como es el traslado de las bibliotecas de Miguel de Unamuno y San Telmo para liberar espacio en dichos centros sociales, aumentar las salas de estudios y reabrir el resto de servicios que se encuentran cerrados como la sala de juventud, la infantil o, si es posible, incluso la cafetería», manifestó el primer teniente de alcalde.

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En concreto, las obras para la reforma integral de la cubierta del centro cultural, que arrancaron hace unas semanas, permitirán realizar todas las actuaciones previstas «sin perjudicar la actividad rutinaria que se lleva a cabo en el interior de la infraestructura, o haciéndolo lo menos posible en momentos muy puntuales», apostilló el edil de Urbanismo.

El proyecto, redactado por la arquitecta palentina Marta Gonzalo, está financiado al 100% por el Ministerio de Fomento, y según se establece, viene a dar solución a una situación que, tal y como se especifica en el documento, «es fruto de un cúmulo de circunstancias que ha derivado en el temprano deterioro de las cubiertas, entre las que puede encontrarse el no valorar la idoneidad de la elección del PVC para las cubiertas planas, dada la climatología habitual de la ciudad, ni su vida útil, ni tampoco los posibles defectos constructivos y errores de ejecución durante las obras».

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«La propuesta prevé la conversión de las cubiertas planas en inclinadas, respuesta a la que se llega después de un minucioso análisis del estado actual, valorando aspectos que van desde la resistencia de la estructura hasta el respeto por mantener, en la medida de lo posible, la actual imagen exterior del Lecrác, minimizando incluso, el impacto estético que producen los nuevos elementos por instalar», indicó el concejal de Urbanismo, Luis Fernández.

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