87 inmuebles con valor patrimonial se encuentran en riesgo en Palencia
La provincia se encuentra en la cúspide de la Lista Roja que elabora la organización Hispania Nostra
La asociación Hispania Nostra cerró 2024 computando un total de 83 monumentos decrépitos de la provincia de Palencia en su Lista Roja, puesta en marcha ... en 2007 con el objetivo de ofrecer a la sociedad un cauce de participación en la defensa, conservación y mejora de su patrimonio cultural y natural y hacer visibles todos aquellos bienes en riesgo de desaparición, destrucción o alteración esencial de sus valores.
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El territorio palentino estrenó 2025 sumando, el 23 de enero, un inmueble más a ese inventario: el convento de San Francisco de Carrión de los Condes.
Y, aunque son malos tiempos para la restauración patrimonial, sorprendió gratamente que el pasado de 11 de marzo saliera de esa maltrecha colección la torre medieval de Villanueva de la Torre, perteneciente al término municipal de Barruelo de Santullán y conocida popularmente como 'El Torreón', moviéndose, así, de la Lista Roja a la Lista Verde –catálogo de bienes recuperados– del citado colectivo que trabaja desde 1976 en la defensa, promoción y puesta en valor del patrimonio cultural y natural como motor de desarrollo social y económico.
Llegó abril y, a mediados de mes, Hispania Nostra colgó en su apartado bermejo una nueva entrada: el Sanatorio Antituberculoso General Varela de Quintana del Puente. Este centro, cuyas obras comenzaron en 1940 y que se prologaron durante cuatro años, fue proyectado por el arquitecto Antonio Font de Bedoya (Palencia, 1910-1973), profesional que también firmó, entre otros inmuebles, los colegios Blanca de Castilla y Santo Ángel de la capital palentina, así como el cine Ideal de Vallejo de Orbó.
Dos meses más tarde, concretamente el 3 de junio, se sumaron al registro rojo las viviendas de la Azucarera de Monzón de Monzón de Campos y, trece días después, la fachada del Hospital Real de las Tiendas o de Santiago, complejo del que se tiene constancia histórica en Villalcázar de Sirga en el siglo XII, a raíz de la encomienda templaria del municipio.
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Y, el pasado 14 de julio, la iglesia de San Lorenzo, ubicada en la localidad de Fuente-Andrino –municipio independiente hasta 1973, año en que fue traspasado al término de Villaherreros– y en estado ruinoso, entró a formar parte de este archivo que recoge bienes amenazados.
De enero a julio de 2025, la geografía palentina ha contabilizado en este termómetro del estado del patrimonio una de cal y cinco de arena, expresión que va a colación en este contexto conservacionista del patrimonio, ya que se utiliza popularmente cuando se alude a la alternancia de situaciones boyantes y nefastas y que proviene de la construcción con mortero, donde se combinan ambos materiales: la cal, más cara y con connotaciones positivas, y la arena, más barata y referida al cariz negativo de las cosas.
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Hispania Nostra tiene catalogados, a día de hoy, en Palencia un total de 87 inmuebles en riesgo grave de destrucción –Lista Roja–, situando a la provincia en la cúspide del ranking regional; doce en la Lista Verde; y dos en la Lista Negra, el registro de bienes ya insalvables: la central térmica de Velilla y el monasterio-hospital de Santa María de las Tiendas de Ledigos de la Cueza.
El convento carrionés de San Francisco, del siglo XIII y ubicado al sureste de la villa, junto al antiguo hospital municipal, contaba con una casa de estudios y también estaban a su cargo dos iglesias dentro de la villa, las parroquias de Santa María y de Santiago. La división de la Orden Franciscana entre conventuales y observantes alteró la vida del monasterio en el siglo XV. Los franciscanos observantes se adueñaron del convento en 1463, pero, pocos años después, los franciscanos del otro bando volvieron a hacerse cargo de él, aunque finalmente el edificio retornó en 1503 a los primeros, deshaciéndose de casi todas sus propiedades. Durante la Guerra de la Independencia, el inmueble se vio muy afectado y fue reconstruido posteriormente y, con la desamortización de Mendizábal en 1835, se abandonó hasta que fue adquirido treinta y seis años después por Daniel Álvarez de Bobadilla. En 1924 su propietario vendió su sillería del siglo XVII para financiar su reforma y numerosas de sus obras reposan actualmente en el monasterio de Santa Clara. En 2005 el Ayuntamiento adquirió la iglesia para rehabilitarla, pero actualmente su estado sigue siendo ruinoso. Desde la calle tan sólo puede verse parte de su fachada y la espadaña realizada con ladrillos. Si bien, desde una calle lateral, se puede apreciar el empleo de otros materiales, como sillares de piedra, confirmándose así la conservación de sus muros exteriores y contrafuertes, aunque queda patente la pérdida de sus cubiertas. Al permanecer cerrado y no ser visitable, la imagen satélite descubre que la estructura de este edificio, incluido sorprendentemente en el catálogo de bienes protegidos de Carrión de los Condes, aún se conserva.
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Por lo que se refiere al Sanatorio Antituberculoso de Quintana del Puente, un bien inmueble adscrito al Movimiento Moderno, también presenta un diagnóstico gravoso. Imágenes satelitales y observaciones recientes corroboran el crítico deterioro que ha padecido en los últimos veinte años, período en el que se han derrumbado cubiertas, elementos estructurales y numerosos espacios. Su abandono ha facilitado el expolio, incluyendo el robo de vigas metálicas, que han sido extraídas con radiales. A ello se suma el vandalismo, que ha acelerado el proceso de devastación. A pesar de su delicada salud, el complejo sigue siendo un referente dentro de la arquitectura hospitalaria racionalista en España y un ejemplo de la influencia de las corrientes higienistas en el diseño de infraestructuras sanitarias del siglo XX.
En lo referente al complejo residencial de Monzón, este conjunto de viviendas se encuentra en su mayor parte desmantelado conservándose aún el barrio para trabajadores y cargos intermedios, la casa del director y el hogar social. Este último y el barrio obrero presentan un avanzado estado de deterioro, con pérdida de volúmenes o parte de sus estructuras como cubiertas, aleros, ventanales, tejas, acometidas eléctricas, puertas, etc. El entorno se encuentra totalmente degradado, lleno de maleza, y desprovisto de cualquier tipo de mantenimiento, lo que provoca un progresivo deterioro que amenaza con la completa volatilización de la urbanización.
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En este capítulo conviene apuntar que del singular Hospital Real de Santiago de Villasirga tan sólo se conserva la parte baja de la fachada frontal, destacando su pórtico de entrada, con sillares de piedra y una cruz de Santiago tallada, mientras del interior se desconoce si se ha llevado a cabo alguna prospección arqueológica, por lo que su abandono amenaza con la desaparición total de los restos citados.
Y, ya por último, citar el templo parroquial de Fuente-Andrino, que data de 1735, que ya ha perdido sus bóvedas y cubiertas y que así fue descrito por el 'Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de ultramar', de Pascual Madoz (siglo XIX): «Una iglesia parroquial, de primer ascenso, servida por un teniente de cura y un sacristán; está construida de tierra con pilares de ladrillo, constando de una sola y espaciosa nave con bóveda, un coro alto sin sillería, cinco altares y una torre cuadrada con tres campanas; y por último el cementerio se halla extramuros y al oeste».
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