Christian Draper. Beatriz Gómez

Christian Draper / Guía del románico palentino

«Se ha dado un gran impulso para cuidar el patrimonio, pero hace falta mucho más»

Veraneante desde pequeño en Barruelo de Santullán, su pasión por la fotografía, la Montaña y el románico le han llevado a forjar una nueva vida

Domingo, 24 de agosto 2025, 14:36

Christian Draper Rodríguez decidió hace más de una década cambiar la capital madrileña por el norte palentino, y más tarde, llenó el hueco dejado por ... la fotografía, su antigua profesión, por el románico. Venía desde Madrid todos los veranos con su hermana a Barruelo de Santullán, municipio de la Montaña Palentina, el pueblo de la familia de su madre. «Y cuando acababa el verano regresaba a Madrid en la parte de atrás del coche llorando con mi hermana porque no queríamos volver a la capital», recuerda, describiendo como «hace ya quince años vine un verano más, me ofrecieron desde el Ecyl hacer un curso y decidí quedarme aquí en Barruelo».

Publicidad

Tras perder a su hermana «que era lo último que tenía», el románico le devolvió la alegría. «Cuantas más preguntas me hacía sobre la vida, apareciron la iglesia de Revilla de Santullán y el románico en mi vida para darle sentido; gracias a Amérito, párroco de la diócesis de Palencia, y a Nártex, hoy en día esto es mi vida y la amo», asegura. Comenzó como voluntario hace cuatro años abriendo la iglesia de Revilla y desde el año pasado forma parte de la plantilla de Nártex como guía diocesano.

–Un guía es un auténtico difusor del patrimonio, ¿así se siente usted?

–Así es. Y la verdad me encantaría poder agradecer a todos los que trabajamos en Nártex, y en especial a mis compañeras, la labor tan importante que desarrollamos.

–¿Cuántas iglesias tiene a su cargo'?

–La de Revilla de Santullán, San Cornelio y San Cipriano y ahora la Fundación Nártex me ha dado la oportunidad de hacer las rutas del románico palentino, así que puedo disfrutar de muchas más.

Publicidad

–¿Qué es lo más gratificante de su trabajo?

–Una de las cosas que más me llena es poder enseñar nuestro románico, y parte de Palencia, a todo el visitante que viene. Enseñar lo que a mí me encantaba cuando era pequeño y ahora disfruto es lo más gratificante de todo.

–Peridis ha sido un verdadero impulsor del románico, ¿marcó un antes y un después cuando empezó con su trabajo?

–Sin lugar a dudas, Peridis, junto con la Fundación Santa María la Real, hicieron un trabajo maravilloso, y tengo que nombrar ahora a Cristina Párbole y César del Valle. Sin ellos, mi aprendizaje habría sido y seguiría siendo más difícil. Me han transmitido verdadera pasión por el románico palentino.

Publicidad

–¿Ha descubierto muchos secretos que encierran esas iglesias durante su trabajo?

–Claro. Las iglesias están llenas de secretos e historias que solamente con mirarlas te llevan a tiempos pasados. Y todas las gentes que todavía viven en nuestros pueblos te llenan de historias de aprendizaje. Además, cuando estoy en las iglesias yo solo, las piedras me susurran al oído.

–¿Quiénes admiran más el rico patrimonio románico de Palencia locales, nacionales o extranjeros?

–Casi todo el mundo que viene a ver nuestras iglesias disfruta con el rico patrimonio que tenemos, pero creo que los nacionales y más las zonas que no tienen este arte se quedan muy sorprendidos con el patrimonio que tenemos en Palencia y he de decir que con la Montaña Palentina también.

Publicidad

–Qué es lo que más sorprende al visitante?

–Cada iglesia de las que tenemos ofrece algo especial que sorprende a los visitantes, pero yo por suerte al hacer las rutas puedo comprobar que lo que más les suele sorprender son los enclaves de las iglesias. Muchas de ellas alejadas del núcleo rural.

–Si tuviera que quedarse con una iglesia, ¿con cuál se quedaría?

Sin duda, con San Cornelio y San Cipriano, en Revilla de Santullán. Fue la Iglesia en la que empecé de voluntario y la que me hizo enamorarme de nuestro románico.

Publicidad

–¿Cuál es el visitante que más le ha agradado si puede elegir a uno?

–Javier Martínez Castelo, vecino de Revilla de Santullán. Él me llenó de aprendizaje y finalmente, de amistad.

–A quién le gustaría hacer de guía por esos templos?

–Es una pregunta difícil. En mis visitas, muchas veces me imagino enseñándoles la iglesia a mi madre y a mi hermana, a las dos las perdí. Y también imaginé muchas veces ver el románico con 'Micaelis', cantero de la portada de la iglesia de Revilla, quien se hizo un 'selfie' y se plasmó él mismo con sus herramientas junto a los apóstoles en la representación de la 'Última Cena'. Pero, hoy en día, me encantaría con dos personas: Mikel Garciandía, obispo de Palencia, y José Luis Calvo, delegado diocesano de Patrimonio. Sin duda, con ellos mi aprendizaje sería brutal.

Noticia Patrocinada

–¿Está suficientemente cuidado el patrimonio?

–Tenemos muchísimo patrimonio, no es fácil cuidar todo y se añadió un problema muy importante, el 'pueblo'. Estamos perdiendo a esa gente maravillosa que cuidaba nuestras iglesias y esto pasaba desde hacía siglos. Ahora la Diócesis con la Fundación Nártex está pegando un impulso tremendo para cuidar nuestro patrimonio, pero se necesita muchísimo más. Como no cuidemos nuestro patrimonio perderemos nuestra historia.

–¿Y promocionado? ¿Qué más se puede hacer para que siga siendo un verdadero legado para futuras generaciones?

–Sin duda, falta mucha más promoción hoy en día. La publicidad es básica y la propuesta de Nártex, muy buena y con el tiempo se conocerá mucho más. Nuestro legado no se puede perder deberíamos trabajar y focalizar un poco más con institutos, colegios, universidades… Como a las futuras generaciones no les enseñemos nuestro patrimonio, lo perderemos.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

3€ primer mes

Publicidad