Conciertos desde la habitación en Brañosera

Ana Medina es una joven estudiante, a quien le encanta la música. Es su mayor afición. Canta y toca la guitarra, y graba ella misma algunas canciones que después sube a Instagram. También participa en algunas fiestas y en eventos donde ofrece algún pequeño concierto. Pero este año ha tenido que cancelar todos los que tenía programados. «Quería repetir en las fiestas patronales de Brañosera, como hice el año pasado, pero en esta ocasión no será posible porque también las fiestas se han cancelado», comenta.

Tenía previsto, del mismo modo, haber participado en la celebración del Día Internacional de la Música en la cercana localidad de Aguilar de Campoo, pero tampoco ha podido ser. Y lo mismo ha sucedido con el resto de las citas musicales que tenía programadas a lo largo de la estación estival en la comarca palentina y también en Cantabria. Todas sus actuaciones han sido anuladas. Durante el confinamiento, que ha pasado en Brañosera, desde donde ha seguido sus clases online, ha versionado el tema 'Aves enjauladas' de Rozalén, que se puede escuchar en su Instagram (anaamemi). Es la única que ha subido en este periodo.

Su música es muy variada. Ha versionado desde temas de los 70 y los 80 del siglo pasado, como 'Hotel California' de Eagles, hasta canciones más actuales con El Canto del Loco y Sam Smith, entre algunos de sus elegidos. También compone, pero aún no ha dejado que vean la luz ninguna de sus creaciones. «Este verano tenía la intención de cantar algunas de ellas en mis conciertos, pero lo voy a tener que posponer», indica.

Sus seguidores, muchos cántabros y palentinos, naturalmente, aunque no son los únicos, también pueden encontrar sus creaciones en la página de artista que ha montado en Facebook. Las redes sociales, enfocadas sobre todo a su público más joven, es otra manera de poder seguir su trabajo, más aún en este verano que no saldrá a cantar a la calle.

Su afición a la música viene desde que era pequeña. «Siempre he oído cantar a mi abuelo en la casa y a mí, desde que tenía un año, me pusieron un micrófono y un vestido de sevillana y no he parado de cantar», apunta, subrayando que para ella siempre ha sido una afición, pero le gustaría tomárselo más en serio. «He recibido clases de guitarra clásica y más recientemente también de canto moderno», detalla.

Aunque es originaria del norte palentino, hace casi una década que reside en Santander donde está a punto de concluir sus estudios de Administración y Empresas. Este año se fue de Erasmus y casi le pilla el confinamiento en Bélgica, pero regresó en febrero. El fin de semana del inicio del estado de alarma se encontraba en Brañosera donde viven sus abuelos maternos y su tía, y decidió quedarse con ellos.

Aunque no ha grabado más que una canción durante estos meses, no ha dejado de cantar. Lo hace cada día en su habitación de Brañosera para satisfacción de sus vecinos, quienes agradecen su presencia en la localidad durante estos meses ya que, al encontrarse el pueblo tan silencioso, hasta varias casas llegaba su ensalzado canto. «Nos ha encantado tenerla, porque nos levantaba el ánimo con sus canciones durante esta complicada situación», aseguran los brañoserenses que han escuchado su voz.

Otra de las cosas que va a cambiar en su verano es disfrutar más de la montaña y menos de la playa «porque aquí estoy más tranquila y hay menos gente», dice. No ha regresado a Santander, donde están sus padres (tiene un hermano que vive en Madrid que acaba de volver), hasta el último día de junio. «Este verano me voy a quedar mucho más tiempo en Brañosera de lo que solía hacer otros años y, aunque me gusta la playa, también me encanta la naturaleza y hacer senderismo y voy a aprovechar a hacer algunas rutas por esta zona», afirma.