«Tengo 56 años y llevo 21 en silla de ruedas por culpa de un accidente de tráfico»
Miguel García cuenta su historia para concienciar a los conductores de que no se distraigan al volante
Espera su turno, después de que el Guardia Civil haya explicado la campaña al conductor y le haya hecho el control de alcoholemia. Acto seguido, ... cuando la persona que está al volante le da su consentimiento para que le informen sobre la misma, se acerca. Miguel García repite su historia en Palencia una y otra vez, con una sonrisa y sin importarle sabérsela ya de memoria. Lo hace porque su ejemplo puede salvar vidas, puede concienciar a otras personas y evitar accidentes de tráfico.
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«Me llamo Miguel García, tengo 56 años y llevo 21 años en silla de ruedas por culpa de un accidente de tráfico que me produjo una lesión medular», explica desde el otro lado del vehículo y desde su silla de ruedas.
«Un año más desde Aspaym queremos participar en esta campaña que creemos que es muy interesante para la gente que no está concienciada todavía. Yo cuando tuve el accidente tampoco estaba concienciado de que por un accidente de tráfico podría quedar con una lesión medular. No sabía lo que era la lesión medular, pero ahora ya lo sé», reconoció con tristeza y entereza.
Muestra el eslogan de la campaña: 'No corras. No bebas. No cambies de ruedas'. «Es nuestro lema, no cambiar de ruedas, no cambiar las ruedas de tu coche por las de una silla de ruedas, que es bastante duro para ti y para todo el mundo que está a tu alrededor», aseguró este lunes. «Por eso queremos participar en esta campaña y convencer, concienciar más que convencer a la gente, de que el alcohol en la carretera cero, drogas ni hablamos y distracciones de teléfono móvil, fumar o la radio, igual. De hecho, no estamos bajando mucho los accidentes de tráfico porque cada vez hay más gente despistada con el móvil y con todo eso», admitió.
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«A los conductores les cuento que esto ocurre, que es verdad, que no solo pasa en la tele, en lo que se ve en las películas. Esto es de verdad», subrayó con las manos en la silla de ruedas. «Yo tengo la gran suerte de poderlo contar porque tengo muchos amigos que no están aquí. Y entonces, concienciar a los que podamos. Cuantos más, mejor», concluyó, antes de retornar al lado de la carretera para seguir contando su historia a los conductores.
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