«Estaba cegado, pero no tengo la imagen de haberle apuñalado»

La vista oral contra el hombre de 43 años, P. J. P. P., para quien el fiscal pide una pena de ocho años de cárcel por un presunto delito intentado de homicidio, después de que hiriera con una navaja en el abdomen y el brazo a un joven de 30 años en el centro de la ciudad, reconoció este lunes en la Audiencia que «estaba cegado» por la discusión que tuvo con la víctima pero aseguró que «no tenía la intención de clavarle la navaja, ni tengo la imagen de haberlo hecho».

El acusado declaró que, sobre las 6:30 horas del 2 de agosto de 2014, y después de que, en compañía de J. F. C. M. (acusado de una falta de lesiones) y la pareja de este, hubiera bebido alcohol y consumido speed y un gramo de cocaína en casa de ambos y después en un bar y en una discoteca, conducía un coche por la calle Rizarzuela, con J. F. C. M. como copiloto y la pareja de este detrás. «Creo que sí estaba para conducir, los reflejos los tenía vaya, pero no me iba para los lados. Cuando pasamos por la calle Rizarzuela, había unos chicos sentados en un bordillo a la salida de la discoteca, y le dije a mi amigo que les iba a gastar una broma. Les pregunté desde el vehículo que dónde estaba el paseo marítimo y me dijeron que si iba de chulo, les dije que nos apetecía dar un paseo por la playa y nos siguieron insultando, les pregunté que por dónde se iba a Madrid y siguieron insultándonos. Solo les dije que para lo jóvenes que eran, qué poco sentido del humor tenían.Entonces uno me agarró por la cabeza a través de la ventanilla y me entró mucho miedo, porque me habían robado en Valladolid antes y me habían dado una paliza, saqué la navaja para asustarles y bajé del coche. Ellos empezaron a correr y fui a por ellos, un chico se paró y se me quedó mirando y vino a por mí, se abalanzó sobre mí y después se separó y echó a correr. Me dije para mí que había logrado lo que quería, que era asustarle, me guardé en el bolso de atrás la navaja y me volví para el coche», señaló P. J. P. P., que detalló que la navaja que tenía «era de propaganda, la utilizaba cuando iba a por setas y para hacerle a mi hija los bocadillos».

«Cuando volví a mi coche, ya no estaban mi amigo y su pareja, me fui para casa y, por sentimiento de rabia, tiré la navaja por la ventana, que no tenía sangre, como tampoco había en mis ropas ni en mis manos. Pasé todo el sábado y el domingo fuera con mi hija, y cuando volví y vi que había salido en la prensa, llamé a mi abogado para decirle que el lunes iba a ir a Comisaría, pero me detuvieron el lunes a primer hora», abundó el procesado, que insistió en que «no me moví cuando vino a por mí el chico y no recuerdo haber sentido contacto». «Desde ese día no he bebido ni he tomado drogas, estoy muy arrepentido», añadió el procesado.

Por su parte, J. F. C. M, a quien el fiscal acusa de una falta de lesiones en la persona de J. A. V. A., amigo de la víctima, aseguró que no pegó «a nadie» e incidió en que, cuando vio a P. J. P. P. abrir la puerta del coche y salir corriendo, se quedó dentro del vehículo con su mujer, pero que, al no volver, decidieron salir en su búsqueda. «Escuchamos a unos chicos decir que le habían pinchado a uno, como vimos jaleo nos dimos la vuelta y nos fuimos andando por otra dirección. Yo no crucé ninguna frase con ese grupo de chicos», hizo hincapié J. F. C. M., una versión muy distinta a la que ofreció J. A. V. , que según el escrito de la Fiscalía, sufrió policontusiones en la espalda y la región craneal ocasionadas por los puñetazos que le propinó J. F. C. M., acompañante del procesado.

La vista oral, en la que declararon también como testigos una joven del grupo de chicos y tres policías que intervinieron en los hechos y en la instrucción, continuará este martes con la toma de declaración a los médicos forenses y la lectura de los informes de conclusiones finales del fiscal, las acusaciones y la defensa.